miércoles, 7 de abril de 2010

La niña y el acróbata

[Cuento clásico Indú. Autor Anónimo]

"Era una niña de ojos grandes como lunas, con la sonrisa suave del amanecer. Huérfana siempre desde que ella recordara, se había asociado a un acróbata con el que recorría, de aquí para allá, los pueblos hospitalarios de la India. Ambos se habían especializado en un número circense que consistía en que la niña trepaba por un largo palo que el hombre sostenía sobre sus hombros. La prueba no estaba ni mucho menos exenta de riesgos.

Por eso, el hombre le indicó a la niña:
-Amiguita, para evitar que pueda ocurrirnos un accidente, lo mejor será que, mientras hacemos nuestro número, yo me ocupe de lo que tú estás haciendo y tú de lo que estoy haciendo yo.
De ese modo no correremos peligro, pequeña.

Pero la niña, clavando sus ojos enormes y expresivos en los de su compañero, replicó:
-No, Babu, eso no es lo acertado. Yo me ocuparé de mí y tú te ocuparás de ti, y así, estando cada uno muy pendiente de lo que uno mismo hace, evitaremos cualquier accidente.

*El Maestro dice: Permanece vigilante de ti y libra tus propias batallas en lugar de intervenir en las de otros. Atento de ti mismo, así avanzarás seguro por la vía hacia la Liberación definitiva."

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No se trata de no prestar ayuda, no pedirla ni recibirla cuando sea necesario, sino de ser concientes y cuidadosos con nuestro proceder ante las eventualidades de la vida. Al final nos sentiremos satisfechos de lidiar con nuestras batallas.

8 comentarios:

Norma Ruiz dijo...

nos deja una inteligente moraleja el cuento clásico indú
debemos cuidar y cultivar nuestras actitudes, y aprenderemos a ser sabios.
aunque nos lleve toda una vida.
venciendo nuestros propios miedos y batallas internas.
creceremos-
un gusto. besos

MentesSueltas dijo...

Hermoso cuento, para reflexionar. gracias por compartirlo.

Te abrazo
MentesSueltas

Kainrus Beheremont dijo...

querida Kadda, hace rato que esperaba que publicaras...siento atreverme a preguntar si esta relacionado a los comportamientos de los amigos insistentes que siempre estan preguntado como esta uno con respecto al otro sin necesidad de que el otro se lo diga, sin embargo tiendo a distar un poco de la moraleja, no podemos estar preocupados por nuestro trabajo solamente, porque al final somos una union entre varios, que al final cuidan una meta principal, es evidente que la niña cuidara de su trabajo y que el hombre cuidara de el, pero que pasara si la niña no se interesara por su trabajo o el hombre no lo hiciese aunque la moraleja concuerda a la perfeccion no podemos dejar de lado el trabajo de los demas.... tuguia es miguia y si me guias bien yo te seguire.. porque confio en ti....

Ocasiones dijo...

Gran moraleja, gran cuento...
Si no nos fiamos de nosotros mismos, quién se fiará de nosotros???
Un abrazo!

WHO dijo...

Gracias por tus palabras en mi Blog, me agradó mucho conocer tu Blog y los pensamientos que destilan como forma de vida, en gran parte los suscribo también, desde hoy me tienes como seguidor, espero disfrutar mucho con tus aportaciones.
Un beso libre, Who.

Яaƒ dijo...

Un gran cuento con una gran moraleja. Me encantan estos cuentos de oriente.

Saludos!

Recomenzar dijo...

te vengo a invitar para que me digas si este texto que escribí te gusta mas que el otro jaja!! besos
El tuyo hermoso!!!!!!!!!!!!!

mariposa blanca dijo...

Buceo por los vericuetos de tu blog y encuentro cosas muy interesantes, como esta sección de cuentos para meditar.

¡Un beso bien grande y Feliz semana, linda!