viernes, 19 de agosto de 2011

Rescate poético; Cosa de gustos.


Hoy tengo la intensión de destacar o rescatar algún texto de un poeta que pese a no ser de mis favoritos es reconocido nacional e internacionalmente, y del cual podemos decir que lo han “endiosado” demasiado al igual que a otros escritores Chilenos como Violeta Parra o Lucía Godoy (Gabriela Mistral). No es el mejor poeta, ni el más talentoso para mi gusto, tampoco tuvo una vida tan noble como fiel mujeriego y, aunque tampoco poseía una voz privilegiada ni la habilidad para recitar, pienso que generalmente importa más el mensaje que el mensajero, así que no nos dedicaremos a Neftalí Reyes, la persona, sino a Pablo Neruda, el autor; Como poeta cumple, pero su estilo a veces cayó en la cursilería y monotonía sobre todo en “Residencia en la Tierra” en donde parece un continuo poema sub-dividido con títulos sin poder evitar comparar cualquier elemento con la figura femenina, pero en “Odas elementales” podemos apreciar un poquito de mayor versatilidad, variando en objetos y temas, pero sin duda la selección de “20 poemas de amor y una canción desesperada” ha sido la obra más aclamada y con mayor llegada al público, y es por ello que elegí para esta oportunidad uno de los más famosos y bonitos poemas, el número 15, por el ritmo acompasado, lleno de armonía, y porque es uno de los pocos que ha podido cautivarme y provocar las ganas de dedicarlo ya que me toca como lectora. Espero que lo disfruten:
xv
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

8 comentarios:

Patricia dijo...

has sido dura, amiga...muy dura...

pero has elegido un hermoso poema!

abrazos.

Mar dijo...

Hermoso poema has elegido, como dice Patricia. Entre mis libros, cuento con "20 poemas de amor y una canción desesperada" pero debo decir que pocas veces lo abro para leer algún poema. No porque no me guste el autor, es por una paranoia mía.

Discrepo contigo sobre el encumbramiento dices que se ha hecho con Neruda. Creo que es un gran poeta/escritor por méritos propios.

Saludos cordiales!

**kadannek** dijo...

Mar, no he dicho lo contrario, obviamente se hace tan reconocido por sus méritos, por su trabajo, sólo hago una señalización sobre el tenerlo en un pedestal.

Saludos y gracias por pasar a las dos.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Bueno, discrepo un poco en gustos, pues a mí sí me gusta mucho Neruda, como también me gustan Violeta Parra, Gabriela Mistral o Vicente Huidobro. De hecho, de Neruda tengo subidos unos cuantos poemas en otro de mis blogs, "Música y Poemas", donde publico, aparte de mis poemas, los de mis poetas favoritos. Éste que nos traes no es uno de los que allí pueden verse, y es realmente hermoso.

No sé si te agradará Miguel Hernández, pero si así fuese te recomiendo mi poema predilecto suyo, que, justamente, también es el número 15 de su poemario "El rayo que no cesa".

Besos y muy feliz fin de semana, que ya está cerquita.

**kadannek** dijo...

Mayre_Dalianegra: Conozco un poco de Miguel Hernández, pero como no le he estudiado mucho que digamos prefiero no profundizar en mi opinión, pero lo que he podido leerle me ha parecido interesante y agradable.

Vicente Huidobro es uno de mis escritores favoritos, muchos lo saben. Non serviam es uno de sus trabajos que más me gustan.

Gracias por la recomendación.

sand dijo...

Me gusta la música de estos versos Neruda siempre me gustó, este 15 es el más bonito.
Que todos sus pecados le sean perdonados, yo le quiero bien al mujeriego "endiosado",como quiero a Amado Nervo, gracias por la entrada, me trajo felices recuerdos de mi niñez, cuando descubrí en sus poemas, que con las palabras se hace magia.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Hola, te respondo aquí, quería ver tu entrada sobre la poesía de Machado, pero ni salía ni tampoco el cartel de comentarios allí. Venía a decirte que entiendo perfectamente lo que querías decir en esta entrada, que Neruda te gusta, pero que te parece que lo han encumbrado excesivamente en detrimento de otros poetas de talla a los que apenas se les ha dado cancha. Bueno, a mí me gusta casi toda la poesía siempre que reúna un mínimo de calidad, todos los poetas buscan su propia vía de expresión y unos pueden gustarme más y otros menos, pero de todos siempre me queda un poso reconfortante y que me sirve también para aprender, pues soy una mera aprendiz.

Huidorbo me gusta mucho, tengo 4 ó 5 poemas suyos en mi blog "Música y poemas", donde tengo a Miguel Hernández, no en vano Miguel y Lorca son mis poetas más dilectos. Miguel fue un simple pastor quien, a base de tesón, llegó a ser considerado uno de los poetas más importantes de habla hispana del pasado siglo y ese poema 15 del que te hablé creo que es de los mejores de él. Te lo copio en otro comentario, para que si luego no lo quieres ahí lo borres y te dejo un gran beso y mis mejores deseos para este fin de semana.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

POEMA 15, Miguel Hernández.

Me llamo barro aunque Miguel me llame.

Barro es mi profesión y mi destino

que mancha con su lengua cuanto lame.

Soy un triste instrumento del camino.

Soy una lengua dulcemente infame

a los pies que idolatro desplegada.

Como un nocturno buey de agua y barbecho

que quiere ser criatura idolatrada,

embisto a tus zapatos y a sus alrededores,

y hecho de alfombras y de besos hecho

tu talón que me injuria beso y siembro de flores.

Coloco relicarios de mi especie

a tu talón mordiente, a tu pisada,

y siempre a tu pisada me adelanto

para que tu impasible pie desprecie

todo el amor que hacia tu pie levanto.

Más mojado que el rostro de mi llanto,

cuando el vidrio lanar del hielo bala,

cuando el invierno tu ventana cierra

bajo a tus pies un gavilán de ala,

de ala manchada y corazón de tierra.

Bajo a tus pies un ramo derretido

de humilde miel pataleada y sola,

un despreciado corazón caído

en forma de alga y en figura de ola.

Barro en vano me invisto de amapola,

barro en vano vertiendo voy mis brazos,

barro en vano te muerdo los talones,

dándote a malheridos aletazos

sapos como convulsos corazones.

Apenas si me pisas, si me pones

la imagen de tu huella sobre encima,

se despedaza y rompe la armadura

de arrope bipartido que me ciñe la boca

en carne viva y pura,

pidiéndote a pedazos que la oprima

siempre tu pie de liebre libre y loca.

Su taciturna nata se arracima,

los sollozos agitan su arboleda

de lana cerebral bajo tu paso.

Y pasas, y se queda

incendiando su cera de invierno ante el ocaso,

mártir, alhaja y pasto de la rueda.

Harto de someterse a los puñales

circulantes del carro y la pezuña,

teme del barro un parto de animales

de corrosiva piel y vengativa uña.

Teme que el barro crezca en un momento,

teme que crezca y suba y cubra tierna,

tierna y celosamente

tu tobillo de junco, mi tormento,

teme que inunde el nardo de tu pierna

y crezca más y ascienda hasta tu frente.

Teme que se levante huracanado

del blando territorio del invierno

y estalle y truene y caiga diluviado

sobre tu sangre duramente tierno.

Teme un asalto de ofendida espuma

y teme un amoroso cataclismo.

Antes que la sequía lo consuma

el barro ha de volverte de lo mismo.