Se viene encima el tan esperado –y temido- 2012, supuesto año de profesías y cambios de conciencia. Si llegase a ser el último de la humanidad ¿cómo lo viviríamos?, ¿a tontas y a locas, desperdiciando nuestro tiempo, un bien preciado pero mal distribuído?
“Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego” dijo Aristóteles (Filósofo Griego 384 AC-322 AC). Disfrutar, jugar y valorar las cosas simples del día a día tal y como un niño lo haría es una cosa, pero a estas alturas hay que intentar tomar decisiones sabias, pues darse el lujo de abandonarse a los berrinches no nos viene bien; La mezcla perfecta sería disfrutar como un niño y pensar como un adulto, contribuir al bien propio actuando por el bien común; Mejorar como individuo para mejorar como espcie.
Ya termina este año y te pregunto, lector ¿qué hiciste para conquistarte a ti mismo y alcanzar tus metas? Si lo lograste o no es un tema poco relevante ahora, lo que demuestra inteligencia es el impulso que tuviste, los caminos que elegiste y los riesgos que tomaste. ¿Qué hiciste para limpiar un poco este mundo -si es que tuviste la buena voluntad si quiera de intentarlo en vez de reclamar por una sociedad que te desagrada-? Siempre es mejor ocuparse del problema que preocuparse del problema.
Aunque el concepto de tiempo que tenemos no sea el real y consideremos esclavizante la guía que nos da el calendario, tomemos este fin de año como la oportunidad para despedir las desgracias personales y superar las miserias interiores. Psicológicamente ayuda mucho tomar estas fechas como puntos de re-inicio o partida hacia una vida nueva o más próspera.
Te deseo cambios exitosos, aperturas mentales para que halles los caminos correctos y te dirijas con optimismo y entusiasmo hacia lo que anhelas, o que encuentres justamente lo que ignoras que buscas.
Gracias a los que me leyeron alguna vez, a los que aún me visitan y a los que me aprecian.