sábado, 20 de octubre de 2012

El mal del "no me importa, no es mi problema"

Ayer una niña apoyó la espalda en un estante del supermercado tirando muchísimas latas de conserva al piso. El ruido hiso que todos, instintivamente, nos girásemos a ver qué ocurría; es ahí cuando nos percatamos de una pequeña, retraída, apenada, sin saber qué hacer ni dónde esconderse de aquel momento vergonzoso que estaba pasando, ante la mirada curiosa de los usuarios, el desaire de, quien deduzco, era su padre, que volteó los ojos y se alejó unos pasos de aquél punto crítico, y de la risa burlesca, avergonzada y nerviosa de la madre que, tras un gran momento de silencio, cuando su hija intentó acercarse a ella para pedir apoyo moral, vociferando le ordena recoger las latas. Ni si quiera su hermana pequeña es capaz de moverse para ayudarla ante la exigencia de su madre para hacerlo.
Como es costumbre en este pueblo, todos se quedaron mirando la escena casi que con ojos acusadores o de lástima. Pero esperar que alguien saliera de su zona de comodidad y se acercara a ayudarla es una utopía, no quise quedarme con el simple "¡ay, pobrecita, nadie le ayuda!"; pues bien, yo soy "nadie", así que le ayudé para terminar con ese momento rápidamente. Tan avergonzada estaba que no fue capaz de responder a mis palabras, y apenas podía levantar esas pequeñas latas, así que me dejó el trabajo a mí, quedándose de rodillas a mi lado mientras terminaba de apilar dichas conservas.
¿Por qué los padres no apoyan a los niños en momentos así?, ¿por qué los regañan si no han cometido una falta grave?, ¿por qué ninguna persona es capaz de ponerse en el lugar, sobre todo, de un niño, sabiendo que algo tan insignificante puede afectarle?
No sé si es por una estupidez socio-cultural, un mal nacional, un injustificable exceso de pudor o de un inmisericorde "no me importa, no es mi problema", pero me parece ridículo y de una falta de conciencia tremenda el presenciar que alguien la está pasando mal y sólo quedársele viendo, incluso, hasta con mirada burlesca.

6 comentarios:

ELVA dijo...

ESTOY CONTIGO 100%

Valeria Elías dijo...

si te recuerdo! que gusto... besos

Trini Reina dijo...

Acaso, los padres actuaron así porque lo veían venir. Acaso la niña llevaba toda la tarde dando "guerra".
No sé, sólo sé que suceden cosas como esta que describes.
Yo también la habría ayudado.

Los padres no sabemos cómo actuar ni cuando estamos en poder de lo correcto. Si apoyamos a los niños en sus travesuras: malo. Si los dejamos solos a defenderse de ellas: peor.

En fin...

Saludos y bienvenidas.

Яaƒ dijo...

Creo que es un mal global, ese desinterés por el otro; es el individualismo exacerbado que nos "obliga" a hacer caso omiso de todo lo que consideramos que no nos atañe. Hoy día se enseña a ver por uno y nada más, en ello radica gran parte de la enfermedad que corrompe a nuestras sociedades. Nuestras acciones pueden remediarlo (o al menos yo tengo esa convicción). Y por ello me parece relevante lo que hiciste, pues puede que algún día esa niña recuerde que ser ayudado es reconfortante, y ella a la vez ayude a alguien. Las acciones hablan de la calidad moral de las personas, ésta me revela - como muchas otras que nos has contado - la gran persona que eres. ¡Un fuerte abrazo!

BlueSilence dijo...

Hay varias aproximaciones posibles. Por una parte, muchos padres reflejan el trato que recibieron cuando fueron hijos. A menudo escucho a los adultos quejarse de cómo sus padres los humillaron en momentos como el que relatas, de esta manera, al ellos estar "del otro lado", reaccionan con lo que recibieron en aquel entonces. Una minoría se adapta y reacciona asertivamente. ¿Me explico?

Por otra parte, en un marco más amplio, la sociedad no recompensa las buenas obras. Simplemente no lo hace, "la torta es una mentira". "Cada quien se cuida a sí mismo" , nos decimos. "Importaculismo" le llaman vulgarmente.

Oh sí, un abrazo de alma, amiga mía. Un beso y tales!

Mar dijo...

A mi me parece fuera de lugar la reacción de los padres, en primer lugar. Y luego la reacción de la gente mirando sin hacer nada, bueno nada, nada... no burlandose con la mirada que es peor aún que no hacer nada.

Yo, habría hecho lo mismo que tú.

Bss.