sábado, 2 de febrero de 2013

En recuerdo a Juan M.


Ayer se cumplieron dos años desde que mi querido amigo Juan M. Falleció. Hoy le recuerdo al encontrarme con un poema de Óscar Hahn que desconocía:

Rulfo en la hora de su muerte

Había una luna grande en medio del mundo
Era vieja de muchos años y flaca
Como si le hubieran estirado el cuero
Ésta es mi muerte dijo
Si usted viera el gentío de ánimas
Que andan sueltas por la calle
Estoy aquí boca arriba
Pensando en aquel tiempo para borrar mi soledad
Me mataron los murmullos
Y se fue montado en su macho sin mirar hacia atrás
Dejándonos la imagen de la perdición
El duerme
No lo despierten
No hagan ruido
Duró varias horas luchando con sus pensamientos
Tirándolos al agua negra del río
Y se fue desmoronando
Como un montón de piedras

3 comentarios:

Trini Reina dijo...

Aunque es muy triste, me gusta mucho este poema. Tiene mucha fuerza y toca el alma.

Hermoso homenaje a tu amigo

Besos

Mar dijo...

Despues de leer el poema que nos pones se me viene a la cabeza esta pregunta: ¿seremos conscientes de nuestra propia muerte? ¿sabremos reconocerla? ¿o simplemente cambiaremos de estado sin saber que hemos dejado de vivir?

Bss.

**kadannek** dijo...

Después de un tiempo he regresado para leer esta dedicatoria, sin duda un buen amigo jamás se olvida, se le lleva en el corazón siempre.
Mar, diría que muchos serán conscientes de su muerte, pues es una transición, es como subir un peldaño, pero también sé que habrán otros que en su desesperación se perderán del camino al darse cuenta del tamaño de esta verdad. Y habrán otros que se mantendrán ignorantes ante el evento. Nunca se deja de vivir, morir es otra forma de existencia.

Un abrazo a ambas.