jueves, 25 de abril de 2013

Ser mujer es difícil –Parte II: Perjudicando al propio género.




Ahora bien, no se debe confundir el que algunas mujeres perjudiquen al género perjudicándose a sí mismas, con actos insanos o poco respetables, -y no hablo de libertinaje sexual precisamente, ni sólo del habla vulgar que se está teniendo en la actualidad para estar a la par de las conversaciones varoniles- creyendo que todas actuaremos así.  Me enfoco en ese menosprecio hacia sus propias capacidades intelectuales, emocionales e incluso físicas, no valorándose como entes independientes; partiendo por la premisa de que aunque nos gusta ser amorosamente tratadas como a una rosa, no somos frágiles flores inútiles que no puedan hacer trabajos algo duros que requieran de destreza física, o que no podamos resolver problemáticas menores del hogar o vida cotidiana. La mujer es muy práctica si se lo propone, pues posee una creatividad casi inherente a su género. Por eso me molesta profundamente que se limiten y no se atrevan a pulir o explorar esas capacidades latentes dentro de sí, esa inteligencia vasta y amorosa; Toda esa habilidad espiritual y complejidad emocional.


Es triste que las mismas mujeres sólo exploten su belleza exterior para –según sea el caso- ser admiradas, deseadas o envidiadas, y demuestren sus habilidades sociales de forma superflua; Tacones, maquillaje y muchachos no son todas las temáticas que puede abordar la mujer, aunque socialmente se les exija estar actualizadas y al pendiente del último grito de la moda. Pienso que este género puede dar mucho, muchísimo más. Primero teníamos en contra al sexo opuesto, y ahora, muy tristemente veo que las propias mujeres dañan a su género y peor aún, se limitan a sí mismas como personas. 


El problema es que si algunas actúan tontamente son encasilladas y de paso, permiten que maltraten al género con burlas y metiéndonos a todas en un mismo saco. La sociedad siempre generaliza, es una tendencia inevitable.


Si pudiésemos comprender que somos más que esta realidad tridimensional y estar más conectados con la esencia del ser,  descubriríamos maravillas deslumbrantes. Si tan sólo nos diéramos la oportunidad de expandirnos, seguro seríamos más capaces de despertar conciencia hacia un mundo interno más luminoso y enriquecedor.

4 comentarios:

BlueSilence dijo...

¿A qué se puede atribuir este patrón de comportamiento? Influye un factor cultura-tradición, está la oposición mayoritaria.

Estamos lejos de lograr una igualdad. ¿Por dónde comenzar?

Trini Reina dijo...

Insisto: el principal enemigo de una mujer es otra mujer.
Creo que debemos de vernos como individuos y actuar según nuestras convicciones. Eso a quienes dejen, claro...

Un abrazo

Mar dijo...

Hay que quererse muy poco a si misma para no tener presente las capacidades que cada una tiene y sacarlas a relucir. Y lo que es más triste, hay que ser idiota para ser una mujer florero.

Muy buena tu reflexión N.

Bss.

Esther dijo...

Hola, Kadannek :) Ha sido genial volverte a leer. Bueno, no negaremos que a todas nos gusta estar guapas, no hay nada de malo con darse toquecitos y ponerse guapas, pero es verdad eso que dices de las maravillas y de cultivar el interior, tratar de creer en nosotras, aunque no siempre nos sea fácil a algunas. Me gustó cómo escribes, cómo te explicas, siempre con esa claridad, y lenguaje directo y/o sincero, siempre yendo al grano :)

Bona nit :)