jueves, 1 de octubre de 2015

Gritos de esperanzas




He estado algo ausente estas semanas, pues le he dado la bienvenida a "la crisis", en un intento por reconocer en ella, la oportunidad de crear nuevos planetas en mi galaxia interna, tras la colisión en algunas órbitas. Esta catástrofe personal es de lo más creativa. He entrado a ese exquisito caos existencial de donde surgen todas esas posibilidades y potencias ocultas que laten fuertemente para manifestarse, obligándome a explorar, experimentar, conocer y recrear mis mundos, reinos y rincones más profundos, desenmascarándome sin piedad al mismo tiempo que nutritivamente. 


Y en este proceso estoy asimilando la ley natural de polaridad junto con la de causa y efecto, en donde se me brindó la gracia de recibir nuevamente la inspiración, terminar con ese estado tan frustrante y terrible como lo es el bloqueo creativo (que no sólo te imposibilita el recreamiento y goce artístico, sino que también te estanca en habilidades, proyectos y en la vida), haciéndome capaz, ahora, de expresar como un grito libertario todo lo nuevo y viejo que hay en mí a nivel psico-emocional; pero a la vez que se me abrieron puertas nuevas hacia rumbos excitantes y sanadores, también nació un puente tenebroso que me invita seductoramente hacia ese sitio olvidado, recóndito y escabroso en donde podré revelar el misterio, pero si quiero deleitarme con la maravilla de ese lado, debo aceptar el peligro que supone, resolver los acertijos paradójicos y engañosos de los guardianes que le custodian, sabiendo de antemano que perderé tanto como ganaré... Se siente como estar llegando a un precipicio sagrado, en donde no hay otra opción más que lanzarte al vacío para a penas rozar el rostro de la muerte mística para renacer, sin volver a ser el mismo. Mi proceso espiritual siempre es drástico, siempre es abrumador, siempre es agobiante tanto como rico. Ignoro por qué me toca tan intenso en comparación con otras personas, pero es así.
Pese al temple que me resguarda y mantiene en pie, todo el fulgor poético, artístico, emocional, ese ir y venir entre paraíso e infierno, provoca una contradicción interior con la que es difícil de lidiar; me muevo entre el placer y la destrucción. Y aún así ¿me creerían si les digo que estoy bien?
¿Masoquismo? un poco, pero sólo porque le veo el lado amable a la crisis; una catarsis, una explosión son claves para reconstruirnos.
Sé que hay aspectos humanos y universales en los cuales deberé aprender a desenvolverme. Estoy mirando hacia adentro, en una suerte de concilio entre lo divino y lo humano, como por dar un ejemplo. 

Por todo lo expuesto, discúlpeme quien deba o quiera disculparme, por mi falta de atención en sus propios mundos y procesos. Estoy regresando, poco a poco, camaradas.

Y en todo este revuelo, he podido tener el honor de conocer a personas fantásticas, que le han aportado encanto a mis días. Con una de ellas he tenido el inmenso privilegio de compartir un proyecto literario, en donde hemos podido escribir juntas. El texto que a continuación les presento, habla del lado oscuro de los anhelos, que muchas veces se hunden dolorosamente en "gritos de esperanzas" (como le hemos titulado) y que se ajusta perfecto a este momento. De paso les invito a conocer su blog "Mundo Disgregado" de Jade. A quien espero me ayuden a darle la bienvenida a la blogósfera, pues acaba de inaugurar su blog

Gritos de esperanzas

Voces silenciadas por el caos de una humanidad esclavizada,
manos que se extienden en súplicas de caminos soñados.
Pasos rotos tragados por la boca abierta y muda de la noche,
muriendo extasiados en pos de la verdad.
Letras que se alzan como gritos utópicos 
añorando paz desde las vísceras.
Ideas que se derraman anhelando libertad.
Pero desde las entrañas de la Tierra,
rugirán las quimeras esenciales, 
que han sido olvidadas por el hombre.
Resurgirán miradas sepultadas,
reverdecerán ideales que fueron cauterizados.
¡Y el mundo oirá, el cielo oirá, el infierno oirá
la tormenta de profundas epifanías
que han decidido despertar!