jueves, 16 de junio de 2016

El monje y el guerrero (Parte II y final)

Las tierras comenzaron a palpitar y la realidad a distorsionarse. Pronto todo era distinto ante sus ojos, una visión extraña. Esta dimensión se había transformado en un reino con majestuosas y antiguas fortalezas en un punto olvidado del universo. Pero habían unido ambos mundos; enfrentados estaban ahora, El monje-mago con el guerrero solar, hoy, lleno de ansias de supremacía; pero las dos grandes figuras permanecieron inmóviles y vigilantes ante los posibles movimientos de su adversario. Pero entre los aldeanos y soldados se atacaron para defender y honrar a sus deidades, muchos salieron heridos como es de esperar. Hasta los super-hombres cayeron, contando al soldado y al pequeño discípulo. La idea, sin duda, no era llamar al fin de los días, no quería destruir a la humanidad, perder sus tierras amadas ni olvidar sus ideales creados por la experiencia en sus aventuras. Claramente el soldado había comprendido que para utilizar los misterios de la vida, se necesita estudio, conocimiento y guía.
El monje-Mago le observó de reojo, y el avergonzado, deshonrado y desangrado soldado pudo ver la furia en esa mirada, pero también la misericordia. En esos ojos yacía la clave para traer otra vez la paz dentro del caos, y como si de un espejo se tratase, vio en esos irascibles ojos el reflejo de una campana a lo lejos, detrás de sí mismo. ¡No era una ilusión! ahí estaba, una campana enorme a la distancia, vieja, colgando inmóvil y abandonada. El pequeño monje moribundo miraba a su amigo tratando de reunir fuerzas. El soldado tomó su arco y flecha, apuntó a la campana pero el tiro fue débil y apenas la rozó. Ya casi no le quedaban fuerzas, pero el pequeño monje sostuvo sus manos y ambos apuntando otra vez a la campaña atinaron un flechazo sagrado y potente. La campana resonó, resonó tan intensamente que todos cubrieron sus oídos gritando de dolor y terror. El mundo se estremeció y cuando esto no parecía acabar, habían regresado a sus tierras sin nombre.

Con el tiempo llegaron otros dioses, otras civilizaciones, otras criaturas y culturas, por ende, otras rutas para el destino del planeta.
No se sabe si las piezas sacras que formaron ese portal dimensional desaparecieron o fueron custodiadas por el semidios guerrero y el gran monje-mago. Pero la catástrofe dio origen a una tregua silenciosa, pues ambos gigantes deberían reconstruir la humanidad de la cual se supone estaban a cargo. Tampoco se sabe si estas deidades hoy yacen descansando en el núcleo del mundo, esperando morir, o si se abandonaron juntos en otro portal dimensional, flotando en la nada.

5 comentarios:

**kadannek** dijo...

Queridos camaradas, compañeros y lectores, pido disculpas si la calidad de esta segunda parte no es tan alta, y aunque no debería excuzarme, les cuento que estoy algo enferma y con fiebre, lo que no me ayuda mucho a la concentración. De todas formas comparto esta historia con cariño y esperando que les agrade.

Saludos a todos y gracias por leer este cuento, que como les comenté antes, fue parte de un sueño que tuve una mañana hace 8 días. Así que prefiero dejar su versión orginal, tal y como lo soñé, sin mucho adorno.

C&C dijo...

Me adentré a un mundo mágico y me deleité con los paisajes. Puede ver con detalles hasta las cicatrices que no mencionas en tu sueño, porque ya no es tu sueño ¿sabías? Ahora es un algo que nos conduce a un universo lleno de aventuras y cada lector le da su toque, su perspectiva. Eso es lo que pasa cuando un escrito es más que un escrito, es una obra.

Gracias por presentarnos estos mundos, estos dioses, estos poderes...

volarela dijo...

Sí que he notado en todo el cuento algo onírico, ahora que lo dices. Es algo extraño y simbólico. Pero respira mucha magia, poder, misterio...
Esta guerra final entre dioses me parece que es muy real, que allá arriba hay y han habido multitud de disturbios, no sólo en nuestro mundo físico existe la guerra... Pero parece que el guerrero de tu historia ha aprendido una lección de humildad y sabiduría.
Me ha gustado, sobre todo la fuerza de tu estilo, la expresividad en la ambientación.
Que te mejores pronto.
Un abrazo bien grande :)
Maite

BEATRIZ dijo...

Cosmogonía ancestral que ahora resurge en busqueda por desentrañar esos mitos de la humanidad, sus orígenes y sus posibles mundos paralelos.

Espero que te cures pronto y se aprecia que a pesar de todo, sigas manos a la obra, literalmente.

Saludos.

**kadannek** dijo...

-Katerin: Gracias por tu positiva y sincera visión, aunque puede ser que sobreestimes este trabajo, de todas manera me alegra mucho que te haya gustado y lo hayas disfrutado a este nivel. Como dije, no es un género que maneje, pero me gustó probar. Vale la pena hacer cosas nuevas. Un gran abrazo, niña linda.

-Volarela: Hola estimada, me alegran tus visitas y por supuesto, tus comentarios directos. Exactamente pienso que es muy simbólico, producto de mi propia psicología, pero quizás tb hay un punto de conexión colectiva en todo esto. Gracias por apreciar mi estilo, algo que se pule día a día. Un abrazo.

-Beatriz: Hola chica, un agrado que te aparezcas por estos rincones. Es lo que intenté casi que sin querer. El mundo onírico me dio prácticamente hecho este trabajo, sólo lo transcribí y organicé un poco. Gracias por tus deseos.

Ya me he recuperado, gracias por la preocupación.