miércoles, 18 de abril de 2018

Egoísmo mal-entendido




Cuando escuchamos la palabra “egoísmo”, automáticamente le damos una connotación negativa y oscura. Nuestra mente nos pone la imagen de una persona individualista, fría y poco solidaria, como un personaje caricaturezco salido de algún cuento clásico, cuya moraleja habla sobre la importancia de compartir para no quedarte solo en Navidad.

Nos han dicho tantas veces que ser egoístas es malo y que es un pecado que te puede enviar al averno, como si procurar tu bienestar por sobre el de los demás, estuviera prohibido. Pienso que a veces todo lo queremos mirar con demasiado dramatismo y desde una posición extremista: Algo así como tener a un ser a tu lado muriendo de hambre y que no seas capaz de darle la mitad de tu pan. Por eso digo que el egoísmo aplicado en justas dosis y en las situaciones pertinentes, es lo que se conoce como un sano amor propio. Sí, no te alarmes, leíste muy bien, estoy diciendo que debemos aprender a ser balanceadamente egoístas; para mí, esto no significa no ayudar al prójimo cuando está dentro de nuestras posibilidades y ganas, trata, más bien, de saber poner límites, para que no seamos santos estúpidos, y después termimenos resentidos por la falta de reconocimiento, interés o ayuda de los demás, cuando seamos nosotros quienes necesitemos una mano. 

Cuando terminas relaciones tóxicas, por ejemplo, no importa que te tachen de egoísta por priorizar lo que consideras correcto, sano y justo para ti. A la larga, si más personas aprendemos lo importante que es saber cortar de raíz todo lo que es dañino en nuestras vidas, dejándolo ir para darle la bienvenida a lo nuevo, sin lugar a dudas, con toda la certeza de mi corazón, sería capaz de afirmar que tendríamos una sociedad más consciente, sana y armoniosa, pues todos nos estaríamos responsabilizando de nuestras propias necesidades físicas, mentales, emocionales y espirituales que pide nuestro ser. Nos cuidaríamos en todos los niveles, por ende, nadie tendría que cargar con culpas y sufrimientos ajenos que no le corresponden por estar lidiando con un ambiente insano, como el de un trabajo en el que explotan o no poder parar malos-hábitos y vicios sólo por encajar. No, no estoy hablando de un mundo rosa, lleno de arcoíris y unicornios, estoy hablando de personas desarrollando un mejor juicio sobre su propio bienestar, adultos comportándose como adultos, que a la vez son capaces de guiar sabiamente a niños más conectados consigo mismos, en donde decir "basta", "no quiero", "no ahora", "no me siento bien con esto" o "esto no me gusta", sea totalmente respetado. En donde todos podamos manifestar nuestros deseos y pensamientos en los contextos más propicios, teniendo resiliencia para mejorar por medio de nuestros errores. De esto estoy hablando, de vivir sin culpas al tomar decisiones por querer cuidar de ti mismo, procurándote aquello que te hace feliz y alejándote de todo cuanto te haga mal, sin reproches ajenos ni contradicciones internas.  
Debemos entender que a veces ser balanceadamente egoístas puede mantenernos libres.

10 comentarios:

lunaroja dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo con lo que escribes.
Me costó años poder llegar a no sentirme "culpable" por ser "egoísta".
Vivimos en esta cultura judeo cristiana donde la culpa,el sacrificio,el merecimiento son losas pesadísimas con las que cargamos desde que somos niños. Y vamos dejando en el camino, nuestros deseos( siempre postergados) nuestros " total qué me cuesta" o... "bueno,está bien lo hago" o... "sacrifico esto para esto otro" o... "no seas egoísta" y tantísimos mandatos que vamos arrastrando a lo largo de nuestra existencia.
La pena es darse cuenta tarde, cuando ya has vivido más de la mitad de la vida,como me pasa a mi.
Pero creo que por fin he aprendido. Me he desligado de responsabilidades ajenas, solo asumo las mías internas. De nadie más.
Me ha gustado muchísimo!
Un besazo.

lanochedemedianoche dijo...

El egoísmo es también un sentimiento humano, el hombre de por si siente que lo que da a el le costo conseguir, y por eso le duele, pero si sabríamos pensar y sentir que podríamos ser nosotros en esas mismas condiciones, esperando que alguien se solidarice con nuestra falta y nos ayude, creo que como bien lo dices todo tiene un limite, y como cualquier limite, hay que respetarlo así la balanza podrá estar siempre bien equilibrada.
Abrazo

Beauséant dijo...

Creo que el problema es que, en el fondo, aunque nos digamos que no, siempre que hacemos algo lo hacemos esperando algo a cambio. Es algo absurdo, pero creo que nos pasa a todos de manera inconsciente. Yo hago este sacrificio y espero que el día de mañana la otra persona haga lo mismo...

Como bien dices, es la fina línea que separa el ser idiota (tu lo dices con más cariño) y tener un poco de amor propio.

Me gusta el concepto de balanceadamente egoístas, es una buena forma de resumirlo.

tanci dijo...

Magistral. Tratado con un planteamiento cariñoso y a la vez objetivo. Sin maquillajes. Pero cuánto nos ha costado y, si se quiere, nos sigue costando mantener a raya esas creencias impuestas... Me planteo, no obstante, hasta donde llega esa fina línea que menciona en su comentario Beauséant. Porque ayudar si, solidarizarse también tender una mano más de lo mismo... Pero y dónde parar? Hasta dónde dar, ofrecer, compartir, ceder etc. que nos haga sentirnos bien con nosotros mismos? . Que nos haga sentirnos satisfechos y adecuados con ese compartir y que se transforme en una carga o bien en un sentimiento negativo... Cómo el que se han aprovechado de ti ... por ejemplo...? Difícil encontrar ese balance en su justa medida y en su justo punto. Gracias por tus palabras y por tu lucidez. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Al final y como en casi todo se trata de encontrar el término medio, lo cual no siempre es fácil.
A veces hay que entregarse a los demás y olvidarse de uno mismo y otras es sano practicar el egoísmo.
Solo queriéndonos podremos querer.
Bueno, tú ya lo has dicho con la palabra "balanceado" y lo has explicado muy bien en tu texto.

Un saludo afectuoso, Kadannek

Flor dijo...

Hola kadannek , explicado así suena de otra manera y te doy toda la razón , pero yo creo es que en algunas ocasiones por ayudar a un amigo ya sea económicamente , o haciendo labores de la casa por que una de ellas tiene un pie roto por ejemplo , estas personas que son así , se aprovechan de uno si esta persona no protesta , pero si esta se lo dice , la persona que se aprovecho se hace la ofendida y de paso pierdes la amistad con ella.

Sabes mirando tu perfil he visto este nuevo blog , y sabes lo que te digo , que este esta muy bien por que tienes unas entradas muy interesantes , y si me lo permites me quedo de seguidora aquí también vale , te deseo una feliz noche besos de flor .

Ahhh y me alegro de que te haya gustado conocer a mi abuelo , la verdad es que era un hombre muy moderno para su tiempo , yo lo he disfrutado mucho y lo quería mucho , y de vez en cuando acabamos mi madre yo hablando de él .

Demian dijo...

Como cuando descubrí tu espacio hace tiempo siempre nos dejas con algo para llevarnos. Un placer volver a leerte y un abrazo enorme

Mª Jesús Muñoz dijo...

Es importante tener amor propio y saber cuidarnos y respetarnos...Pero, como bien dice Lunaroja, todo esto lo aprendemos cuando maduramos...Todos somos "egoístas" y debemos hallar ese "balanceo o equilibrio"que nos permite estar cerca de los demás, ayudarles en lo que podamos, sin olvidarnos de nuestras propias necesidades...Sin sentirnos culpables por ello.
Te dejo mi gratitud por hacernos reflexionar,Kadannek
Mi abrazo y mi cariño, amiga.

**kadannek** dijo...

-Lunaroja: Tienes razón, vivimos con mandatos tan impregnados en nuestra cabeza, que prácticamente es una tarea demasiado complicada de realizar el poder librarnos de ellos, porque el sólo hecho de querer desecharlos significa "ser malos e ir en contra de la lealtad", pues a veces somos leales inconscientemente por miedo a la exclusión, y de ahí deriva el peligro de no vivir sinceramente quienes somos en verdad. A mí también me costó mucho tiempo, aún hoy, cada vez aprendo más a ser libre y a no realizar sacrificios innecesarios que me perjudiquen. No importa cuánto tardemos en hacernos conscientes de esto, lo importante es ponerlo en práctica, como dices, dejar de asumir responsabilidades ajenas y asumir sólo las que nos pertenecen. Un abrazo de luz!

-María del Rosario Alessandrinni: Exactamente, una cosa es ser empáticos y solidarizar con causas ajenas, y otra es saber cuándo se hace necesario poner un límite para no ser uno mismo el que necesite ayuda después. Un saludo.

-Beauséant: Concuerdo contigo, es innegable que la mayoría deseamos la reciprocidad en toda relación, que cada acto de bondad nos sea regresado igualmente, y pienso que es normal, que es lógico y que está bien, pero por otra parte, no podemos vivir bajo la expectativa de que otro nos dará exactamente lo que hemos dado nosotros; es decir, la ley de retribución late en cada uno de nosotros, tanto como late en el universo mismo, por ello es que debemos confiar en ella en vez de sentarnos a esperar. Lo importante, diría, es siempre asumir nuestros actos y no necesariamente el de los demás; podemos apoyar, pero no tenemos por qué hacernos cargos de errores ajenos. Saludos.

-Tanci: Gracias por tu linda apreciación hace mi artículo, es motivador.
Como dices, es difícil apartarse o liberarse de esos mandatos, patrones y creencias, son estigmas sociales y familiares que marcan a un individuo, hasta el punto de hacerle pensar que es incapaz librarse de ello. Sobre la pregunta que haces sobre dónde poner el límite, tú misma te respondes muy bellamente: Ayudar y apoyar hasta el punto en que nos sintamos bien y ello no nos genere un sentimiento negativo, una carga o suponga un malestar mayor. Es cosa de discernimiento individual, de práctica, de ensayo y error, pero sobre de todo de consicencia y respeto personal. Un abrazo de luz para ti.

-Palomamzs: Al parecer todos sacamos la conclusión de que es una labor algo complicada encontrar ese punto medio, el balance justo, y por experiencia propia puedo decirte que mientras estamos en esa búsqueda se recibirán críticas y retractores, pero vale la pena hacer ese perigrinaje en pos de tu mayor bien. Un saludo.

-Flor: Comprendo perfectamente el caso del ejemplo que das, y es como le decía a Tanci, en el camino por encontrar el balance tendrás rechazos, críticas y perderás lazos, pero vale la pena conservar el respeto personal en pos de lo que consideramos justo.
Este blog no es nuevo, estimada, lleva 12 años en pie y lo comencé antes que el de Libertad natural; de hecho éste es mi blog proncipal y agradezco tu visita también aquí. Cariños.

-Demian: Eres como un fantasma que aparece ocasionalmente, me emocionan tus visitas. Me da gusto tu apreciación hacia mi trabajo. Regresa cuando quieras. Un abrazo.

**kadannek** dijo...

-M, Jesús Muñoz: Justamente ese es el punto; ayudar al otro sin descuidar las propias necesidades. Saber negarnos sin sentir culpa, poner sanos límites. Muchas gracias por tu luz aquí, un abrazo!