
La madrugada de ayer a eso de las 3:30 se sintió un silencio profundo, hubo un corte fuerte de luz y luego vino un ruido subterráneo poderoso, dando una sensación "apocalíptica" según la descripción de algunas personas. La oscilación fue tremenda, parecía una ola de mar a nuestros pies durante más de 2 minutos, tiempo que parece eterno mientras aumentaba la fuerza del sismo que llegó a los 8.8 grados, superando al terremoto de Haití sufrido este año en Enero, sumando un tsunami. Los daños dentro del país afectaron principalmente la zona centro-sur y son tremendos; Suelos levantados, calles destruídas, casas derrumbadas, cientos de desaparecidos, miles de heridos y ya llegaremos a los más de miles de muertos. La psicosis y estupidez humana ha sido difícil de controlar, llegando a saquear supermercados, negocios y casas, de lo cual podemos ver los dos lados de la moneda; Necesidad y robo. Se han producido más de 90 réplicas y estamos atentos a las que vengan dentro de las próximas semanas, incluso podrían durar hasta un año.
Hacemos un llamado a la calma, las señales de comunicación, la luz y el agua se intentan reestablecer dentro de los próximos días.
Concepción fue el epicentro del desastre, tiene toque de queda que durará hasta las seis de la mañana.
Desde chile agradezco el apoyo moral recibido y las cadenas de luz, oración y/o meditación otorgada por instituciones, grupos y personas de todo el mundo para la paz del país y la ayuda internacional con las necesidades básicas que estaremos recibiendo.
Debo calificarme como una afortunada dentro de este desastre, la luz de los cielos protegió a mi familia y mi hogar. Es increíble el poder decir que no tuvimos daños materiales relevantes, a lo más unas botellas, el movimiento de las cosas y obviamente la incertidumbre del momento vivido.
Me despido afectuosa y fraternalmente.
Hacemos un llamado a la calma, las señales de comunicación, la luz y el agua se intentan reestablecer dentro de los próximos días.
Concepción fue el epicentro del desastre, tiene toque de queda que durará hasta las seis de la mañana.
Desde chile agradezco el apoyo moral recibido y las cadenas de luz, oración y/o meditación otorgada por instituciones, grupos y personas de todo el mundo para la paz del país y la ayuda internacional con las necesidades básicas que estaremos recibiendo.
Debo calificarme como una afortunada dentro de este desastre, la luz de los cielos protegió a mi familia y mi hogar. Es increíble el poder decir que no tuvimos daños materiales relevantes, a lo más unas botellas, el movimiento de las cosas y obviamente la incertidumbre del momento vivido.
Me despido afectuosa y fraternalmente.