Cada hombre una doctrina
[Cuento. Texto completo]
Era un discípulo honesto y de buen corazón, pero todavía su mente era un juego de luces y sombras y no había recobrado la comprensión amplia y conciliadora de una mente sin trabas. Como su motivación era sincera, estudiaba sin cesar y comparaba credos, filosofías y doctrinas. Realmente llegó a estar muy desconcertado al comprobar la proliferación de tantas enseñanzas y vías espirituales. Así, cuando tuvo ocasión de entrevistarse con su instructor espiritual, dijo: -Estoy confundido. ¿Acaso no existen demasiadas religiones, demasiadas sendas místicas, demasiadas doctrinas si la verdad es una? Y el maestro repuso con firmeza: -¡Qué dices, insensato! Cada hombre es una enseñanza, una doctrina. ---------- Amigos, somos un micro-cosmos y estamos llamados a aprender del otro, pues todos algo de razón tenemos, ninguno posee la verdad absoluta, y por ello debemos respetar y escuchar la opinión de los demás. |