miércoles, 25 de octubre de 2017

La enfermedad desde una mirada holística



La forma en que la medicina holística ve la enfermedad es un poco diferente de la manera en que la ve y trata la medicina tradicional, la cual se enfoca en patógenos externos, genética o eventos circunstanciales que disminuyen las defensas del sistema inmune de la persona (lo que no deja de ser cierto, pero incompleto). La medicina holística, por su lado, ve la enfermedad como un amplio sistema de comunicación energético, en la que el Gran Espíritu que habita en cada persona y a la vez en todo el universo, intenta transmitirle un mensaje para que pueda abrirse paso al cambio. Podemos simplificarlo de otra manera si no resuenas con la explicación reciente; El cuerpo enferma para que te escuches y finalmente atiendas los aspectos discordes e inconclusos que no enfrentas en tu vida. Tu subconsciente envía señales en forma de síntomas para que focalices tu atención en determinadas áreas. Es, aunque no lo parezca, una manera simbólica y directa en la que tu mente, tu alma, tu campo electromagnético y cuerpo físico intentan expresarse para que oigas, comprendas, aceptes y soluciones.

Dicho esto, la enfermedad, es entonces una alarma, un aviso y/o un mensaje para prestar atención e ir hacia dentro de ti. Hay que ver la enfermedad desde una mirada más amorosa, como una oportunidad de crecimiento y no de castigo. Deja de lado esa limitante y egocéntrica creencia, la cual dicta que tu enfermedad es una deuda karmática, una cruel broma del destino o azar, o una sanción ante tus errores del pasado, ya que te quedarás en una cárcel mental en donde serás siempre una víctima indefensa, incapaz de hacer algo consigo misma para sanar. 

Queridísimo lector, todos somos creadores de nuestra realidad. Si llegamos al punto en el que estamos, para bien o para mal, somos los principales responsables, aunque otras personas o eventos hayan contribuido. Con esto no digo que tú, necesariamente, hayas pedido y querido de manera consciente esta enfermedad que te aflige, ya que todos en nuestro sano juicio deseamos bienestar, pero participamos muy activamente en atraer y crear nuestra realidad actual, a sabiendas o, inconscientemente, como sucede en la mayoría de las personas. Hay casos aislados cuando se trata de seres que nacen con enfermedades de alguna condición genética o hereditaria, lo cual profundizaremos más adelante, pero a grandes rasgos, es una misión personal conectada con una misión colectiva-familiar para sanar patrones mentales e historias genealógicas insanas. Según algunas disciplinas holísticas lo que se hereda no es la enfermedad, sino los patrones de creencia en ella.

¿Qué es lo que nos enferma?

Lo que nos enferma son las emociones y los pensamientos maldirigidos, en conjunto con nuestros actos y falta de cuidado personal. 

Una mala palabra, un evento confuso, un paralenguaje ofensivo, una experiencia traumática, todo suceso por mínimo que parezca, causa impresiones y huellas emocionales, las cuales gestan ideas y percepciones subconscientes que lastiman poco a poco si no las cuidamos; esto también ocurre a la inversa: Un concepto impuesto o autoimpuesto puede nutrir emociones y sentimientos de rechazo ante ti o tu alrededor si no lo atendemos. Por eso se hace tan necesario ir hacia el origen de cada cosa que enjuicias, de cada tradición que predicas sin cuestionamientos o de cada sensación negativa que algo te provoque, ya que movernos en la vida por inercia, por costumbre o, por el contrario, de forma descontrolada, te aleja de quién eres y de lo que podrías llegar a ser.

¿Qué propone la medicina holística?

La medicina holística propone escuchar en profundidad tu cuerpo y ser interno de modo íntegro, entendiendo que la manifestación de un síntoma es un llamado de atención o la expresión de algún aspecto o parte de ti que necesita ser debidamente cuidada, todo esto por medio de la comprensión, aceptación y liberación para que finalmente se produzca la tan esperada sanación con ayuda de técnicas y elementos de vibración amorosa, como lo son las hierbas, aromas, masajes energéticos y un conjunto de terapias para que encuentres el camino de regreso a la salud.

Un abrazo de luz a todos.


lunes, 16 de octubre de 2017

Levantando un velo



Llevamos mucho tiempo compartiendo letras, ideas y sentires. Ha sido muy gratificante y tremendamente nutritivo, así que por favor, recibe de corazón a corazón un abrazo de luz. Agradezco que de alguna u otra forma nuestros caminos se hayan juntado, por eso hoy quiero contarte un poco de mí para que nos conozcamos más.

Lo he dicho más de una vez: Soy del mundo, pero vivo en Chile. Sí, en esa franja que parece una columna vertebral al fin del mundo, en el hemisferio Sur. Por fortuna vivo en la zona central del país, un lugar muy templado y me siento en equilibrio aquí.

Soy terapéuta holística, ya que considero necesario ver a las personas de manera integral, no sólo enfocándose en los síntomas, sino en la raíz del problema para que las soluciones y sanación sean profundas, a través de la comprensión y la aceptación, de lo contrario, llegaremos a meras anestesias locales y momentáneas.
Es un camino de servicio, amor, estudio y luz que elegí. Me desarrollé en Masoterapia (Masaje terapéutico). Soy maestra de Reiki en el sistema Usui (Sanación energética por imposición de manos), Gemoterapéuta (Sanación con minerales, gemas, piedras y ayuda de la Madre Tierra), Consultora de TRE (Terapia de Respuesta Espiritual) e Intérprete del tarot (Cartas o naipes con mensajes del subconsciente), entre otros. 

Me fascinan las letras como método de autodescubrimiento, para el trabajo de introspección profunda y sanación. Siento que con ellas podemos liberar nuestros potenciales de creación, entendernos, compartir, expandir y enriquecernos a nosotros mismos y a nuestro alrededor. En lo personal, ha sido muy terapéutico, catártico y hasta mágico. Escribir me ha enseñado a conectarme con mi cosmos interior y a canalizar cualquier malestar de forma creativa. La poesía, en su momento, se transformó en un dulce, elevado y sagrado lenguaje del alma y del corazón para mí. Me atrevería a confesar que me salvó cuando lo necesité. He experimentado varios géneros y temáticas; hoy en día hago artículos de reflexión dirigidos a desarrollar consciencia. 
Veo a mis autores favoritos como amigos de charlas interminables, que en el fondo no me conocieron en persona, pero de alguna forma me supieron interpretar. Jorge Luis Borges, Gibrán Khalil Gibrán, Hermann Hesse y Mario benedetti fueron algunos que hace varios años atrás llegaron a mi vida, para proveerme de lecciones muy valiosas que me marcarían hasta el día de hoy.

Soy aficionada al arte en todas sus ramas y me desempeño en algunas con cariño, independiente de si lo hago bien o no. Me encanta la fotografía, el dibujo, la ilustración, la escritura, la pintura, el origami y las manualidades. Hay épocas en que me alejo de algunos, pero nunca los abandono por completo. 

Sé que no me conocerás del todo con esta breve descripción sobre mis gustos y aficiones, pero al menos te dará un atisbo de mi persona. 

Saludos y gracias por leer. Por favor, cuéntame -si quieres y sientes confianza- sobre ti. Y si tienes alguna duda, házmela saber.