domingo, 14 de julio de 2019

¡Misión cumplida!: La importancia del reto.



Seguro que todos experimentamos una sensación de satisfacción o al menos de alivio, cuando logramos completar una tarea, un proyecto o un propósito por más grande o pequeño que sea. Mejor aún si disfrutamos del proceso, porque a veces el recorrido entrega un mayor aporte que el mismo fin, y si de paso el aprendizaje se da de forma grata ¡todavía mejor!

El 1 de Enero de este año comencé con el reto de escribir un journal basándome en un listado de 190 ideas. Prácticamente todo un semestre. Fue realmente emocionante realizar la última reflexión y luego analizar cada página. Me llevó una libreta y media, tomando en cuenta que agregué un par de temáticas que necesitaba o quería tocar, así que en realidad fueron más de las pre-establecidas. ¿Qué viene ahora? seguir escribiendo, ¡claro!, es probable que con la misma frecuencia, porque practicar el journaling ya es parte de mis hábitos. (Si a alguien le interesa que profundicemos sobre el journaling hágamelo saber).
Por supuesto que no me gustaron todas las sugerencias, algunas actividades se me hicieron sosas y otras un poco difíciles, pero importantes de enfrentar; pero conforme me permití la oportunidad de hacer cada ejercicio sin juicio, pude entrar de lleno al mundo de la escritura terapéutica y autoreflexiva. Abrir la mente y darte el permiso de aprender de ti mismo te puede ayudar a reformular tu vida. Yo tuve varios motivos para hacer esto, pero la esencia es conocerse y sanar. 

Con esto reafirmé la postura de que para toda persona es fundamental participar en dinámicas que de alguna manera le conecten consigo misma, o mínimo, que sean gratificantes de alguna manera para relajarse, pero que también supongan algo nuevo, desafiante y emocionante, que les lleva más allá para crecer. Proponerse un proyecto, objetivo o actividad genera compromiso, desarrolla la voluntad, ayuda a la concentración y estimula la motivación.
Hacer algo con fines personales y no obligatorios te hace sentir que haces algo por ti (aunque involucre a otros directa o indirectamente), te llena, te desbloquea y de alguna manera, también te fortalece. Estás haciendo algo “con sentido” y por supuesto, estás escuchando los deseos de tu yo interior. Ello tiene muchísimo valor y riqueza para todo ser humano. Esencialmente esta es la importancia de los retos y desafíos: nutrir tu autoestima.

Metas realistas, incluso ir de menos a más, es la mejor opción si pasas por un mal periodo o no acostumbras realizar proyectos personales, pero te interesa superarte y mejorar. Así que si quieres romper ese ciclo de decaimiento, de bloqueo creativo o desmotivación, escoge una idea sencilla, pero estimulante que quieras probar, crea un plan de acción realista para tus habilidades e intereses y sé coherente contigo siempre; no te fuerces, si no te gusta cómo lo estás llevando cambia el enfoque y, encuentra la mejor ruta que se ajuste a tus gustos y requerimientos. ¡Confía y diviértete!. Si eres realista, moderadamente optimista y te comprometes con tu decisión te irá bien.