[Columna, fragmento]
“Supimos de su muerte tarde, un mes después. Ni nos percatamos de que no había vuelto, tan distraídos andamos por nuestras vidas satisfechas, ignorantes de las historias de tantos que cruzamos sin ver. ¿A cuántos no les haría falta una sonrisa así, a cuántos que, rodeados de rejas y alarmas y perros, no están protegidos del peligro peor de todos, el que hace más daño: el desamor y la falta de sentido? Don Benjamín regalaba su saludo y su sonrisa, sobre todo en las horas más difíciles, en mitad de la noche, que es cuando nos visitan nuestros peores monstruos y fantasmas.”
Para leer la columna cumpleta: Benjamín Menares.