A los nuevos blogueros suelo decirles que, en términos técnicos o de ejecución, es sumamente fácil abrir un blog, ya que hay servidores que nos ofrecen plataformas sencillas y versátiles, las cuales mejoran con el tiempo. Lo impresionante, lo exquisito, lo trabajoso es mantenerlo vivo en el transcurrir de los años. Hoy es el onceavo aniversario de este sitio y aunque casi nunca hago mención de esta clase de eventos, ¡en esta tarde tengo ganas de celebrar! Sí, de sentirme bien, de reconocer el esfuerzo, la dedicación y los resultados. De recordar la historia y la trayectoria que tengo como bloguera, de deleitarme con lo gratificante que ha sido el proceso; con sus metas, con sus bloqueos creativos, con los cambios de dirección y enfoque, hasta llegar al material y estilo que presento hoy.
Ha sido un camino genial. Me he divertido mucho y en cada entrega aprendo algo de mí, del otro, del mundo o del universo. Porque para mí, no sólo es una cuestión de expresarse y ya, es una vía de desarrollo personal y de sanación en conjunto. Es un intercambio de información en los varios niveles que nos permiten las cualidades humanas; trata sobre las distintas historias de cada quien a quien leo o me escribe compartiendo la vida, los distintos comentarios, la variedad de realidades y puntos de vista, todos esos elementos proyectados en la vastedad de creaciones literarias, filosóficas y artísticas con las que nos topamos a diario. Agradezco un montón el deleite que me causa encontrarme con mentes brillantes y corazones que vibran de forma apasionada en sus trabajos, en sus reflexiones y en sus opiniones. Lo agradezco, ya que me ha ayudado a crecer y a modelar una mente flexible, capaz de escuchar versiones nuevas de algo o analizar una temática totalmente desconocida para mí. Me ha servido para aprender a apasionarme también, para seguir los ejemplos positivos, las recomendaciones y críticas constructivas. Para conectar mejor con el lector, los compañeros y los amigos. Para pulirme como amante de la escritura, a la vez que empatizo y me identifico con distintas situaciones, elementos o personas, aprendiendo así, lo que significa el desenvolverse como ser humano.
Gracias a todo ello, hoy, ya no me tomo innecesariamente las cosas negativas de un modo muy personal, me es sencillo desprenderme de lo inútil, de lo viejo, de lo tóxico, y por el contrario, a nutrirme con lo venidero, con lo sano, con lo bello y con lo útil.
Aprovecho la oportunidad para invitarlos a mi otro blog “Libertad Natural”, el cual mantuve en pausa por dos años, pero que en éste tendrá bastante movimiento. Tengo intenciones de presentar entradas con mucho más contenido y sustancia. Así que los espero también allí.
Gracias por leerme y ser parte de este recorrido de alguna u otra forma.