viernes, 29 de noviembre de 2013

Torpes maestros



Existen ocasiones en que uno aprende "a la mala" lecciones de vida muy sabias de las personas más curiosas que uno se pueda imaginar y de la manera más insospechada. El asunto está en que sea quien sea el que nos esté dando ese valioso conocimiento, debemos quitarnos la venda de los ojos, apartando el orgullo, la soberbia e inclusive la ira por un momento para poder captar dicho mensaje, pues de lo contrario, éste quedará oculto en nuestro subconsciente, y lo único que recordaremos será el trago amargo del momento.

Ya lo dijo khalil Gibrán hace mucho: "Del hablador he aprendido a callar; del intolerante a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros"

Y seamos honestos, no se trata de agradecerle de forma verbal y directa a la persona por hacernos sentir mal, ya que infligir daño pudiendo evitarlo es incorrecto, mas bien, con todo esto quiero decir que hay que tener altura de mira, bajarle un poco el perfil a las cosas y reflexionar sobre los eventos aparentemente negativos en nuestra vida, pues como suele decirse "no hay mal que por bien no venga". Las cosas no pasan porque sí y ya, eso es una visión algo vacía y desentendida a mi parecer. Soy de esas personas que sigue pensando que todo ocurre por algo, pues no creo en la casualidad pero sí en la causalidad; Antiquísima Ley universal de causa y efecto que siempre ha existido y existirá. Se trata de lógica y sentido común.

Aunque no me creas, si lo piensas con mucho más detenimiento, todos hemos aprendido algo, por más insignificante que sea, de alguna persona que nos ha hecho mal o nos desagrada. Podríamos llamarles "torpes maestros inconscientes", una especie de mensajeros dormidos que ignoran el hecho de que gracias a su comportamiento sub-humano nos haremos más fuertes  para afrontar la vida y momentos más duros con mejores herramientas.

Sé que es una visión optimista y que parece poco aplicable, pero es bastante práctica, ya que evitaremos tomarnos las cosas de forma demasiado personal, evitando rencores exagerados de paso.

Entonces, estimadísimo lector, si pasaste o estás pasando por un mal momento gracias a la inesperada intervención de un tercero, primero intenta calmarte, respira y piensa que la vida puede estarte queriendo enseñar algo con esto. Así no lo veas enseguida, sólo intenta ocuparte del problema en vez de preocuparte. No existe otro método para resolverlo.

No te enfoques en el mensajero si no en el mensaje.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Apartarse a veces es lo más inteligente


Me dirán que es obvio, quizás hasta cursi, pero veo día a día la falta de entendimiento y comprensión entre personas. Aún no sabemos leernos por completo. 
Me sigue pasando lo mismo que a uno de mis autores favoritos, critíqueme el que me critique:




viernes, 15 de noviembre de 2013

Insultos gratuitos


Cuando escucho de alguien: “Puedo decir todo lo que quiera, hablar a mi antojo, tengo derecho a la libertad de expresión” o similares, me cuestiono bastante la integridad como persona que tiene, o mejor dicho, que le falta a ese alguien.

Una cosa es poder verter opiniones para compartir nuestros puntos de vista, tomando en cuenta la diversidad de ideas que existen, y otra muy distinta el ofender gratuitamente como si fuésemos reyes del mundo, amos y señores de la verdad absoluta.

Hay momentos en la vida que requieren de frases francas y hasta duras para intentar hacer recapacitar o frenar comportamientos impertinentes o hirientes de otro. En eso estamos de acuerdo, pero no se trata de insultarse los unos a los otros porque sí, mucho menos si la situación no lo necesita.

Hace una semana habían dos muchachas entrenando en unas de las máquinas públicas para hacer ejercicios en una plaza cercana, cuando pasaron dos muchachos, que al verse avergonzados tras haber sido ahuyentados por los ladridos de un perro que no los quería cerca de su calle, éstos se dedicaron a ofender a las chicas que presenciaron la escena en silencio, pues no era asunto de ellas y nada grave había pasado. Aludir sobre su peso de forma ofensiva y ridiculizante me pareció una bajeza tremenda y bastante infantil, sobre todo porque las chicas no estaban tan fuera de forma como éstos imprudentes exageraron.
Por cosas como éstas es que las personas no se acercan a la vida sana y más activa. Esas máquinas están para ayudar, pero son desaprovechadas por el público, ya que no quieren pasar por situaciones vergonzosas como ésta. Cada quien debe meterse en su propio asunto, sin estorbar en la vida del resto.


Uno tiene la libertad y casi la obligación de ser como es, sin máscaras; Pero si tú, estimado lector, eres de esas personas que llega y lanza lo que piensa sin medir consecuencias, por favor amplía tu criterio mental, equilibrando tu aspecto emocional de paso. Toma en cuenta que la libertad de expresión va ligada de la diplomacia, la tolerancia y el correcto discernimiento para saber cuándo y cómo podemos decir de forma productiva nuestra opinión, de lo contrario estarás hablando mal de ti mismo.

La libertad de expresión es una herramienta para hacer cambios productivos, pero no debe usarse para infligir daño sin motivos.

Relacionado con el tema les invito a leer "No acepto tu presente" una breve narración sobre la sabiduría de Buda y las ofenzas.
Y también les invito a leer esta breve reflexión sobre "La libertad de expresión; Un arma para impedir abusos e injusticias"