sábado, 26 de febrero de 2011

Niños

Amanda y Lu, cachorro rescatado. 2009 foto de mi autoría.

Me doy cuenta que los niños son los únicos que viven en el presente. Se desviven jugando, se les va el alma en la risa, su mundo se derrumba cuando se comete un atentado contra la diversión, y son los reyes del mismo, cuando, como elegidos por la luz, satisfechos celebran la victoria de sus travesías infantiles, pero tan grandes y llenas de verdad… Todo lo sienten en su máximo esplendor, todo es grave, todo es de suma relevancia. Una gran mayoría es extremista y la pasión se les desborda por los ojos, por el llanto, por sus gritos de protesta alegre; por la piel, por la seriedad en sus planes y estrategias traviesas, tan contraria a nuestra seriedad fatídica, melodramática, a veces tan exagerada.

…Pero es tan desgarrador ver a un niño con la expresión fúnebre de la infancia perdida, es tan desalentador saber que tarde o temprano la inocencia y la pureza que guardan sus mentes, cuerpos y esencias, se irán algún día casi por completo al entrar al insípido mundo de los adultos…

jueves, 10 de febrero de 2011

Templanza tras la partida de un amigo



Foto por Kadannek.-

Sin saberlo me encontré terminando de trabajar una reflexión muy descomplicada sobre la motivación para vivir, el día de su funeral. La comencé el mismo día de su muerte, la terminé al día siguiente cuando me enteré. ¿Cuándo iba a pensar que se la dedicaría?, ¿cómo iba a saber que una inspiración extraña me impulsaba a crear algo en su nombre? No es mi afán hacer gala de los malestares propios, pero es curioso que su fallecimiento me pese más que el de mi tío y abuelo (demostrando que los lazos afectivos son, a veces, más fuertes que la sangre), más que el de una apreciada camarada escritora o la de uno de mis autores favoritos, las partidas más recientes en estos cuatro años.
No es motivo de llanto, tampoco diré que de alegría, pero sí un gran momento para ensimismarse, guardar silencio y contemplar los detalles menores y mayores de los mundos internos, proporcionando análisis a temáticas humanas o dignas de todas las especies, como el dolor, el miedo, la tristeza, la alegría, la supervivencia, entre otras.
Ya se hicieron las conclusiones pertinentes, propias de los hechos, clásicas e infaltables cuando alguien parte. Sabemos que los cuestionamientos no servirán precisamente para hallar respuestas, pero sí consuelo, y ello es válido.
Esta breve entrada se la quiero dedicar a mi muy querida Paola, quien estuvo hace poco de cumpleaños, ¡Celebro tu existencia!, porque eres grande, porque estás conmigo, porque me dejas apoyarte y con quien comparto la ausencia física de nuestro amigo Juan, cuya alma fue glorificada por el dolor y ya se encuentra en otro escalón de la vida. Hermoso y peculiar es que ambas aseguremos que una paz ya le acompaña.