miércoles, 28 de diciembre de 2016

¡Promesa cumplida!


Apreciados lectores, permítanme pedirles un favor un tanto extraño: No me dejen deseos de año nuevo (sino hasta el final de sus comentarios si así lo desean, en caso de opinar). Háganme saber que me leyeron en serio, pues hoy escribo para hablar de otro tema, y de verdad deseo ser comprendida, pues, quizás para ustedes no sea la gran cosa, pero para mí, esto se trata de un viaje largo durante todo un año. Una travesía como no había tenido antes. Un logro personal incuestionable, que me amplió la vista hacia nuevos horizontes y que vale la pena celebrar. ¿Alguien me trajo bombones?


¡He cumplido la meta! 48 publicaciones escritas “de corazón” como requisito esencial. Fácil diría cualquiera, pero teniendo en cuenta que esta propuesta nació casi impulsivamente, en un intento por darme un propósito claro para comenzar el año, sin un plan de acción y otras consideraciones, como la posibilidad de periodos de sequías creativas, las constantes interrupciones, las responsabilidades diarias, el exponerse a críticas semana tras semana, y las distintas eventualidades de la vida, no puedo sino sentir orgullo por nunca rendirme hasta cumplir con mi palabra. Un compromiso que no hice con alguien más que conmigo, dependía totalmente de mí. Una promesa que debía cumplir a toda costa para conocerme y para reconciliarme con mis partes cansadas, adoloridas e ignoradas. Esto me ayudó a comprender la importancia del autorespeto; de perseguir lo que nos engrandece, de dejar de ponerse en segundo plano para cuidar las sensibilidades ajenas, a costa del propio goce y la propia realización.

Cuando decidí el objetivo de fondo, “aumentar mi voluntad”, no esperaba más que tener que escoger y desarrollar temáticas semanales, exponiéndolas de la forma más clara y personalizada posible, siempre atenta a las fechas, calculando los días de publicación para que me calzaran los 4 posts del mes. No me importaba aburrir, ni ser leída, ni ser comentada, -aún siendo esto, la dinámica básica para sostener un blog-, ya que el propósito se me hacía más profundo que llegar al público; tenía que llegar a mí, satisfacerme a mí. Aunque debo admitir, que muchos formaron parte de esta aventura, y al final, se volteó un poco la idea, y hubo momentos en que escribí también para ellos, para ustedes, y gracias a su constante apoyo, me di cuenta que no era necesario recorrer el camino tan aislada o en secreto. En este punto debo agradecer especialmente a mi esposo y a mi amiga Lorenapor siempre estar ahí.

Hoy debo confesar, que con el tiempo y con los temas que presenté, gané mucho más de lo soñado, pero aún mucho más con el proceso para llegar hasta este momento. No sabía todo lo que englobaba la voluntad, pues junto con ella, gané disciplina, constancia y dedicación. Quizás no lo parezca, pero hice mucho trabajo investigativo y experimental. Aunque no todo me pasó directamente, de alguna forma, todo lo viví, aunque haya sido por medio de los ojos de otro. Las recomendaciones, actividades y ejercicios propuestos los realicé, “los viví en carne propia” para confirmar la veracidad y eficacia de dichas sugerencias que les estuve dando, pues, la honestidad en mis palabras, pasó a ser, también, un factor totalmente necesario a la hora de escribir. Es por ello, que muchas veces les hablé de la integración entre la luz y la sombra de cada persona, como un pilar para lograr la aceptación total y la plenitud como individuo.

Noto también, que mis letras han ganado carácter, y no sólo me expreso de forma intelectual o poética como en mis primeros años, sino que llegué a conectar con una forma más humana de comunicación, y hasta de saborear al mundo. ¡Tranquilos!, no soy una criatura alienígena, o al menos, no tengo aún un carnet oficial que lo acredite.
Pienso que en cuestiones técnicas, la práctica y el querer explicar cosas difíciles o que a mí me costaban por distintos motivos, mi redacción mejoró bastante para poder hacerme entender. No sólo veo cierta belleza estética en cada narración, sino también armonía en mis textos. Una de las exigencias básicas que siempre tengo con otros escritores. ¡Bah! no es mi intención sonar pedante, en serio, pero es un punto que debo especificar, ya que semana a semana, mes a mes, de escrito en escrito, comencé a tener un diálogo interno que estaba exteriorizando con ustedes. Fue una especie de trabajo terapéutico y reflexivo, como no tienen idea. Lo sentí como darle pinceladas a mi alma para irla puliendo más y más, o como invocar bellos y delicados cataclismos en mi galaxia, para reorganizar o revitalizar el movimiento de sus órbitas. No sabía que me estaba rehaciendo, a la vez que permitía florecer y aplicar habilidades y potenciales ocultos. Por ello, por todo ello es que veo una belleza narrativa que me complace. Pues siempre aspiré a ella, mas, nunca estuve conforme sino hasta ahora, (y aún no al 100%. Me doy cuenta que soy muy autoexigente).

Me impresiona que un propósito me haya ayudado a lograr otros que estaban inconclusos. Me impresiona que el desarrollo se me hizo casi tanto o más importante que la meta. Me impresiona todo lo ganado y todo lo acontecido. Me enternece y agradezco el estar pudiendo disfrutar mucho de pequeños pasos y acontecimientos, de sentir satisfacción por cosas simples, pero tan únicas. Cierro el año con una gran sonrisa conmovida y un corazón más sano y fortalecido. Gracias a todos por celebrar esto conmigo.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Tiempos rosa


Hoy, que estamos en pleno solsticio de Verano (en el hemisferio Sur), el cual marca el fin y el inicio de un ciclo, he decidido hacer este “cursi post” propio de estas fechas, porque estamos en esa época en donde todos somos “buena onda”, dejando deseos de amor y paz por montones, y como es probable que pases rápido por aquí -por falta de tiempo, pero con sobra de amor-, también espero que tu hogar se colme de felicidad y prosperidad en todas las áreas posibles, y lo digo de corazón.

Pero si eres atento y te detienes a leerme un poco, agradezco que me permitas compartirte de modo general, un par de reflexiones a raíz de lo que he experimentado este año.

Hace unas noches atrás, estuve con una amiga platicando, sobre la típica conversación que surge cuando nos enfrentamos a las ensoñaciones futuristas, imaginando qué será de nuestras vidas y proyectos después del 31 de Diciembre. Gracias a esa charla, pude mirar estos meses en retrospectiva, confirmando que me han sucedido más eventos de los que me había percatado, y también he aprendido más de lo que esperaba.
Una de las cosas que quiero destacar primero, es la cercanía con el cumplimiento de una meta personal, relacionada con la escritura y este blog. Me propuse hacer 48 publicaciones este año, y ya, sólo falta una, así que de antemano te extiendo la invitación para que, aproximadamente dentro de 7 u 8 días más, vengas a celebrar la culminación de esta recta final junto a mí. (Por cierto, ¡me fascinan los bombones ;D!).

En segundo lugar, este año, como ningún otro, he sido muy receptiva ante elementos y personas nuevas. He terminado relaciones, pero también he estrechado vínculos; me admito muy feliz y agradecida por las personas que están en mi vida hoy.

Otro de los puntos que me tiene contenta, es mi capacidad para expandir mi menú; modificando y creando nuevas recetas experimentales ¡con excelentes resultados! No sólo me he vuelto una mejor cocinera, sino que he conectado con la alquimia que producen los distintos aliños, colores, aromas y sabores. Se ha vuelto una forma mística de creación y sincera expresión interna, para demostrar y compartir lo que siento. Además de ello, también he probado las creaciones culinarias de otros, eliminando así de mi lista, las delicias que tenía pendiente de conocer, tales como: El wafle, las Shawarmas, las arepas y sus variedades, los kebaps y otros encantos. Con todo ello quiero decir, que dentro de lo posible, se debe disfrutar y atesorar toda instancia, por más pequeña que parezca -así como una taza de humeante café por la mañana-; quitarse las vergüenzas, los “no debo” y los “no puedo”, porque hay que aprender a reconocer que merecemos más placer del que nos permitimos. Es hora de desacostumbrarse a esas prohibiciones que vienen de patrones negativos socio-culturares y familiares, entendiendo además, que las autocensuras no tienen razón de existir, pues nada debe limitar tu bienestar y regocijo.

Hubo situaciones complicadas y estresantes, claro, pero disfrutar a las personas, fluir con los sucesos, crecer interiormente, expandirse hacia el exterior, aprender, reaprender, es de los regalos más grandes que podemos darnos. 
Por último, quiero decir, que los lugares que ya conoces pueden ser resignificados, gracias a grandes momentos y anécdotas compartidas en ellos. Por ejemplo, el mar, la playa, esa banca en el parque, aquel restaurant favorito, la luna alumbrando el jardín, todos son sitios que cuentan historias nuevas, llenado el alma de sonrisas y gratitud.


Mucho éxito para ti y los tuyos. Qué halles más llaves, que se abran puertas y que se amplíe tu camino.

Ilustraciones: Jopi

lunes, 12 de diciembre de 2016

Liberación de lealtades inconscientes


Artista: Jopi

Para ir cerrando los artículos dedicados al desprendimiento de patrones negativos y sanación del clan familiar, hoy les traigo un texto que he visto circular por la red en estos días; desconozco a su autor, pero rescato el tremendo valor que contiene en cuanto a la transformación amorosa sobre el inconsciente familiar a la que apela.
El ejercicio viene con la instrucción de escribir de tu puño y letra este texto en el formato de una carta por siete días. Al completar el ciclo quemar todas las cartas juntas, enterrando las cenizas y plantar algo allí, para transformar en nueva vida todo lo que has dejado atrás en este acto.
Yo les sugeriría que como mínimo se puede hacer una vez, aprovechando, por ejemplo, las energías trasmutadoras que vienen junto a esta última superluna (en géminis) del año 2016, la noche del 13 y madrugada del 14 de Diciembre, según tengo entendido. Luna que seguramente extenderá su brillo hasta el día 15. Una excelente oportunidad para renovar los mundos internos, liberando las profundidades de tu inconsciente, el que te revelará verdades hondas de tu ser para tu crecimiento personal. Es por ello que se me hace llamativa esta fecha para trabajar en cuestiones sobre el linaje, deshacernos de conceptos y males heredados, limpiando, así nuestro interior.
Como este ejercicio venía sin nombre lo he titulado como: 

Carta de liberación de lealtades familiares inconscientes (Autor desconocido)

"-A mis padres los libero de sentir que conmigo han fallado.
Libero a mis hijos de la necesidad de enorgullecerme. Escriban su propio camino, según su corazón les diga al oído.
Libero a mi pareja de la obligación de complementarme. Nada me falta. Aprendo de cada ser todo el tiempo.
A mis abuelos y ancestros que se fueron encontrando para que yo hoy aquí respire vida en nombre de ellos, los libero de las culpas del pasado y de los deseos que no cumplieron; conscientemente de que hicieron lo mejor que pudieron para resolver sus situaciones desde los recursos de consciencia que tenían en ese momento; Los honro, los amo y reconozco inocentes a todos y cada uno de ellos. Me desnudo ante sus miradas para que sepan que no oculto ni debo nada más que ser fiel a mí mismo/a y a mi propia existencia, que si la camino con sabiduría podré ser consciente de que cumplo mi propio proyecto de vida, libre de lealtades familiares invisibles y visibles que puedan perturbar mi paz y felicidad, que es mi única responsabilidad.
Renuncio al rol salvador, de ser quien une o cumple expectativas ajenas, aprendiendo a través y sólo a través del amor. Bendigo mi esencia, mi forma única de expresarme, aunque alguien no pueda comprenderme, yo me comprendo, porque sólo yo he vivido y experimentado mi historia; porque me conozco, sé quien soy, lo que siento, lo que hago y por qué lo hago. Me respeto y apruebo. Honro la Divinidad en mí, y en ti… ¡Quedamos libres!
Lo siento, perdóname, gracias, te amo."
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Como verán, es una muy honesta y hermosa carta, que ayuda a sentirte no sólo más liberado, sino más valorado, actuando sobre tu autoreconocimiento, como único autor y protagonista de tu vida. Usar este ejercicio para reafirmarte como individuo, con una historia exclusiva y sin influencia de terceros ni de elementos de tu genética, ayuda a confiar más en la toma de decisiones propias y dejar de vivir la vida que otros proyectan en ti. Con esta carta puedes deshacerte de esas expectativas complacientes que otros te impusieron, incluso sin que lo sepas conscientemente. Nuevamente, le deseo mucho éxito a quien realice esta actividad.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Decreto para iluminar tu árbol genealógico




Como hemos hablado en los artículos anteriores, existe un inconsciente familiar que nos hace repetir situaciones (como adicciones y enfermedades), si es que estos traumas no fueron sanados por nuestros predecesores. Estas memorias se repiten una y otra vez, como fidelidades, contratos y compromisos psicoemocionales hacia nuestra familia, de los que  muchas veces no somos conscientes; y si de alguna forma nos percatamos de ello, puede ser que no queramos asumirlo, responsabilizarnos ni enfrentarlo, principalmente por miedo al rechazo de nuestra propia familia. Seguramente nos preguntaremos “¿por qué debo reparar yo este problema?” o “¿tengo el derecho de liberarme de esto, pese a que mi antepasado no pudo?”, estas dos preguntas pueden generar rencores silenciosos en primera instancia, y desvalorización también. La importancia de esto radica en que todos somos merecedores de darnos la oportunidad para realizarnos y ser quienes somos en verdad. 
Si te toca reparar algo de la generación pasada es porque eres parte de un grupo, posees una conexión con una comunidad álmica con las que han pactado ayudarse y aprender juntos. Si tú mismo no asumes tus propios asuntos, tus descendientes se tendrán que hacer cargo, a esto se le llama "inconsciente familiar", por eso, hoy te traigo un decreto muy purificador para sanarte a ti y a todo tu árbol genealógico, que puedes recitar después o junto con la oración para sanar el karma familiar y la oración sistémica a los ancestros, si es que deseas hacer un trabajo fuerte y catártico. 
Cabe destacar que hay muchas otras formas de sanar y romper estos ciclos viciosos o inconclusos; la más importante es tomar consciencia de que existen y tratar de modificarlo dentro de ti. Este ejercicio que hoy te comparto, es una ayuda, ya sea para comenzar a profundizar en esto, trabajar sobre algo en particular de tu persona y familia, pero también siéntete libre de realizarlo por puro amor hacia ti mismo y seres queridos.

Decreto para iluminar nuestro árbol genealógico (Autor: Dídac Mercader Nirahbé)

(Imagina a todos tus Ancestros y Descendientes delante de ti. Repite el siguiente Decreto durante un periodo de 7, 14 o 21 días seguidos. (X3 significa repetir el párrafo 3 veces seguidas.)

"Desde mi amada y Divina presencia YO SOY, a todos mis guías y seres de luz que me acompañan y todos mis ancestros y descendientes:

Pido liberar del inconsciente familiar de mi árbol genealógico cualquier desequilibrio, conflicto, falta de armonía, deuda, lealtad o fidelidad limitante y todo ancestro que haya sufrido. (X3)

A partir de ahora pido purificar e iluminar todo mi árbol genealógico, tanto a los ancestros que son mis raíces como a los descendientes y yo mismo que somos sus frutos. (X3)

Que todo mi árbol genealógico sea llevado a la máxima perfección Divina y a su bien más elevado. (X3)

Qué así sea, así es. ¡Hecho está!" 


Fuente: Para una explicación más profunda visita el blog de Dídac Mercader Nirahbé

Nota: Al finalizar la actividad puedes sellarla visualizando un árbol frondoso, firme, sano y muy brillante, agradecido por esta sanación. Ese árbol contiene a tus antepasados, a las generaciones actuales y a las venideras.

También puedes llevarte esta imagen para que te sea de más fácil acceso este ejercicio. ¡Mucho éxito!