sábado, 25 de diciembre de 2010
Un niño en la noche (C. Warnken )
martes, 14 de diciembre de 2010
La certidumbre de existir (A. P.)
Poeta, ensayista, crítido de arte, médico, creador de la revista "Qué" y uno de los impulsores del Vanguardismo en Argentina; Aldo Pellegrini.
La certidumbre de existir
Si
lo he visto todo
todo lo que no existe destruir lo que existe
la espera arrasa la tierra como un nuevo diluvio
el día sangra
unos ojos azules recogen el viento para mirar
y olas enloquecidas llegan hasta la orilla del país silencioso
donde los hombres sin memoria
se afanan por perderlo todo
En una calle de apretado silencio transcurre el asombro
todo retrocede hasta un limite inalcanzable para el deseo
pero tu y yo existimos
tu cuerpo y el mío se adelantan y aproximan
y aunque nunca se toquen aunque un inmenso vacío los
separe
tu y yo existimos.
Dedicado con cariño a todo aquel que se sienta abrumado por las contrariedades de la vida, inquieto por su propia identidad. La sensación de "vacío" es cosa de muchos, no se está solo. Uno mismo es quien se auto-impone muchos límites, es hora de transgredirlos. Y aunque no sepamos por qué, al fin de cuentas, una de las cosas más "aparentemente ciertas" o seguras, es lo valioso de nuestra presencia, de nuestra existencia, no lo desperdiciemos.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Capacidad auditiva y el peso de las confesiones
“[…] Se me da la diplomacia naturalmente, es parte de mi personalidad, se diría. Es algo que muchos me han reconocido e incluso agradecido; “Siempre hablas cuando hay que hablar y callas en el momento preciso”. Esa misma característica de guardar profunda discreción me ha llevado a ser considerada como una fuente inagotable de paciencia y tremenda capacidad auditiva –según me expresa el resto-; Lo que la mayoría de las personas necesitan es ser escuchadas y consoladas en un hombro amigo o al menos amigable en mi caso, que quiera oír desinteresadamente e incluso con amor todo cuanto tengan que decir. El asunto está en que a veces las personas hablan de más, de hecho me entero de problemáticas que no son ni deberían ser jamás de mi incumbencia. A veces me entero de cuestiones que no hubiese querido oír; Sorprendente es la falta de filtro de la gente, sobre todo la carencia de pudor. A mí me gusta el pudor en su medida justa. Pienso que es un elemento necesario, quizás, me atrevería a decir, “un mal necesario” como la moral; Uno mantiene ciertos límites y el otro, un orden; Al fin de cuentas nos protegen de ciertos accidentes y hasta de nosotros mismos por lo tan descriteriados que podemos llegar a ser como especie e individuos [...]”
Ahora bien, la responsabilidad principal radica en que el hablante escoja con conciencia a esa persona que no sólo oiga, sino que escuche de verdad, y, lo más importante, que tenga la fuerza para poder sopesar las confesiones a las cuales será sometida, y sepa cultivar el valioso poder del "silencio". Si usted habla algo privado a cualquiera se arrepentirá de ser el objeto central de las calumnias, porque vivimos en una sociedad "juzgadora" y "Habladora" (recuerde que la mayoría de las personas "quieren ser escuchadas" así les toque decir tonteras). También depende del hablante poner límites en la conversación, ya que hay cosas que simplemente quien le oye puede no estar preparado para saber. Un diálogo sincero es la base de una buena comunicación, pero hay que tener control de lo que se dice y a quién se lo decimos.
---