jueves, 31 de marzo de 2016

Grupo nutricio




"No eres sociable, ni lo intentas. Te quedas apartada en un lado, ningún panorama te gusta. ¿Por qué no quieres ir a esta fiesta? ¡siempre rechazas invitaciones! Te quedarás sola, a los demás no les gustan las personas serias. El problema eres tú."

¿A cuántos de ustedes le han dicho cosas como éstas?. ¿cuántas veces se han quedado cabizbajos y frustrados pensando que ustedes son los que siempre fallan, que son aguafiestas, que no sirven como anfitriones, que no saben hacer amigos y que son la basura más aburrida del mundo?
Ni si quiera me atrevo a preguntar sobre todos los esfuerzos que han tenido que hacer para tratar de amoldarse en algún sitio, y acabaron excluyéndose a sí mismos.

Después de ver como algunos se van alejando de ti muy disimuladamente, no te dirigen la mirada durante las conversaciones, no reaccionan a tus propuestas ni continúan la idea de tus opiniones, sin duda alguna uno se da por aludido. Es casi inevitable pensar que uno es el que no encaja y el que está mal. Y probablemente sea cierto que no encajemos, pero no los que estemos mal. Esto lo aprendí apenas hace unas semanas.

Llevaba años creyendo esas críticas, pensando que yo era el problema, que yo "estaba mal", porque pese a mis intentos me sentía incómoda en cualquier grupo, incluso, más recientemente, en salidas dobles que incluían personas muy cercanas a mí. Los reproches iban dirigidos hacia mí, y más adelante, también hacia mi compañero. "¿Realmente somos una pareja que no sirve para citas dobles, ni celebraciones, ni panoramas en grupo?, ¿Tan mal lo estamos haciendo, pese a que tratamos de hablar, compartir, debatir y proponer?, ¿qué falta, qué sobra?". Me rendí, pues sola no funcionaba y aún teniendo el apoyo de mi persona favorita, las cosas no mejoraron. Me culpé, sentí algo de molestia porque el resto no aceptara que no somos como los demás, tristeza por pensar que este ciclo jamás acabaría y que debía resignarme. "Eres de los raros" me decían y me decía yo misma, como una crítica y como un consuelo. Hasta que ocurrió la magia...


Un amigo de mi esposo viajó hasta Chile para encontrarse con nosotros y también presentarnos a su novia. Ese día estaba bastante enferma, lo que tuve presente por si la incomodidad me ganaba y no me sentía capaz de asistir. Pero fui fuerte, dejé atrás las malas experiencias, quise estar presente en un momento tan especial y darnos la oportunidad de ver qué pasaba. Estaba nerviosa, inquieta, no sabía bien cómo actuar, aunque la respuesta esencial siempre es "ser uno mismo", pero ¿qué faceta sacar primero y en qué medida? No había tiempo ya para cuestionamientos, habían llegado. Mi esposo me llevó rápido de la mano, sin escapatoria alguna, y entre sonrisas, abrazos y besos, la velada empezó. Para no entrar demasiado en detalles, debo decir que compartir un Granizado de café con gente compatible, sin duda marca la diferencia, y hace caer los auto-conceptos errados que tenemos, te rompe tus esquemas, tira abajo radicalmente los prejuicios y crtíticas negativas que te hicieron creer sobre ti.
Miré emocionada a mi esposo, admirada y orgullosa por su desenvolvimiento, por su guía como anfitrión: "Es excelente. Lo tiene todo organizado" -pensé- "Qué dicha verlo compartiendo, con toda la naturalidad del mundo. Demostrando lo tan divertido que puede llegar a ser, pero que en otros contextos y con otras personas no le fue permitido". No sólo me asombré de él, sino de mí, tratando de hacerlos sentir cómodos, siendo yo misma, sonriendo, interactuando sin tapujos, sin vergüenzas, sin autolimitaciones. La verdad es que los cuatro dimos y recibimos; ayudó mucho que este amigo fuese confiado y carismático, y que mostrara libremente su alegría por este momento, y por compartir con todos los presentes. Lo que me da a entender que la responsabilidad de un buen momento no es sólo nuestra, sino de todos los individuos. Esto permite soltar la carga. No necesitamos esa presión.

Entonces me fueron reveladas dos grandes enseñanzas además:

*Primero: No debemos creer todo lo malo que se dice de nosotros. Sólo uno mismo es capaz de saber quién es y cómo es en verdad.

*Y Segundo: Uno no es el problema, el problema es estar en un grupo que no es empático ni afín a ti, así que nunca te quedes por obligación en un sitio en el que no estás atado literalmente, intenta que ni la costumbre, ni el miedo a lo nuevo, ni el compromiso sean tus cadenas. No te quedes donde no eres apreciado. 



Nos equivocaremos reiteradas veces tratando de hallar esa afinidad con otros, pero los sobre-esfuerzos están de sobra, ya que esas almas llegarán fluidamente a tu vida, de la forma más natural y simple posible. Tengo fe en que sabiendo esto, podrán encontrar ese grupo soñado, aceptándolos tal cual, sin ideales ni estándares innecesarios. Será una reunión nutricia, que aportará mucho para todos los implicados, podrán conectar sin problemas, descubrirán cosas de sí mismos, romperán los paradigmas mentales equivocados que tienen sobre sí, y verán que sus ideas son apreciadas, que respetan sus opiniones, que los escuchan y que los aceptan: La compatibilidad es la base.

jueves, 24 de marzo de 2016

La importancia del límite.


Con anterioridad expresé mi postura de "no súplica", la cual dicta que "daré en medida de lo que me sea entregado", junto con esa idea agrego la premisa del "No pisoteo" en la cual pretendo respetar mi propio tiempo, intereses, necesidades y límites, y dejárselos muy claro a los demás. 

Muchos de ustedes ya conocen la importancia que le doy a una relación recíproca en que la escala de interés por el otro sea equilibrada, eso incluye tolerancia y paciencia en cuanto a las reacciones emocionales de cada parte con respecto a sus crisis personales. Pero dentro de esos procesos individuales veo como menester urgente el no ofender, insultar o desquitarse con el otro si tienes un problema externo el cual no se relaciona directamente con ese otro, pues de lo contrario se incurre a un acto injusto, insensato e inmaduro lo que terminará desgastando cualquier relación.

Si te has sentido pasado a llevar, ya se trate de una situación puntual o en muchas ocasiones analiza desde "afuera" el contexto de esas instancias: "¿Qué hiciste, cómo reaccionaste, qué dijiste?" y todavía más importante: "¿Qué cosas pudiste hacer para evitar el problema pero por miedo, diplomacia, costumbre a callar o por no querer agrandar la situación dejaste de hacer?, ¿qué omitiste?" Estos cuestionamientos son cruciales ya que estoy segura que muchos se darán cuenta que la sensación de "sentirse menos" o "sentirse pisoteado", "no escuchado", "excluido" y demases se relaciona con el "no actuar", con el "permitir" a los otros, con el miedo y sobre todo con la complacencia. El ser complaciente no educa, no libera, sólo restringe, oprime y reprime. Hay ocasiones en que se debe expresar, más allá de las consecuencias, para acabar de raíz con episodios injustos. Muchas veces callas cuando debiste detener a alguien y esa poca valentía de tu parte no sólo te dañó a ti y a esa persona que no detuviste, de paso dañó a todos los que estuvieron involucrados e incluso en un futuro dañará a otras personas ya que al no actuar no se produjo el cambio. No se instaló el "switch" que demarcará un tope cual alarma para que en una próxima ocasión el problema no se agrave al mismo nivel ni a uno peor. ¿Se dan cuenta cómo todos somos responsables de las reacciones en cadena?

Marcar pautas, puntos, reglas, límites, restricciones o como quieras llamarles no es negativo, no es de una persona cerrada sino de una respetable e íntegra. Visto desde la cara amable te ayudará a sentirte respetado y valorado. Entenderán el mensaje de que existen cosas que no son aceptables ni sanas para ti. Aprende a escucharte, aprende a decir "No", a decir "Basta" y a decir "Hasta aquí." Muchos de los dolores que te provoca el resto es porque tú los dejas llegar hasta ese punto. Si algo te cansa, te aburre, te molesta o te agobia tienes todo el derecho, y es más, el deber de modificarlo. Como se suele decir "el poder está en nuestras manos", nosotros tenemos las herramientas, hay que saber usarlas, armar un plan de acción y luego ejecutar de la forma más armoniosa posible aunque signifique romper lazos... 

Priorizar el balance interno y la salud psico-emocional y física es un paso que se conoce como "crecer." Es parte de aceptarse a uno mismo y quererse, pues a la primera persona que debes escuchar, satisfacer, ayudar y aprender a educar cuando se equivoca es a ti.


jueves, 17 de marzo de 2016

Nacimiento en la Blogósfera


Recuerdo con ilusión mis inicios por el mundo de "la blogósfera", entusiasmada por darle un espacio definido a mi voz, claridad a mis ideas, cuerpo y alma a mi filosofía de vida, y valor a lo que quería compartir. En un principio fue por mí, necesitaba "un rincón" personal en donde desenvolverme tranquilamente para reflexionar, que no estuviese oculto del mundo pero que a la vez, no me sintiera vulnerable ni invadida. 
En el contexto habitual de aquella época, exponer un modo tan particular de ver las cosas era un atentado contra uno mismo, sobre todo siendo tan joven. Las personas no confían en que un adolescente tenga ideologías firmes o que busque las respuestas eternas del hombre a través de la reflexión, las letras y la conversación, en vez de desesperarse por asistir a una fiesta. En verdad no se trataba de una lucha, no era alzar mi voz en un vano intento por hacerme entender, pues de todas formas, para el resto, habría sido mostrar aires de superioridad y rareza, una visión errónea e injusta para cualquier persona que sólo desea dejarse fluir sin caer tanto en expectativas estandarizadas de personalidad. Tristemente, aún hoy en día, hay una mafia que intenta decirte cómo debes verte, qué debe gustarte, qué debes odiar, cómo llevar a cabo una vida "normal" y sobre todo, cómo debes sentirte. Piensan por ti, cuando eso no es sólo tu deber sino también tu derecho.

No tenía ganas de imponerme ante nadie ni convencer al resto para aceptar mis posturas, y aunque tenía la urgencia de "soltar" mis inquietudes e intereses para no ahogarme sin que fuese una exhibición autoreferente, con el tiempo me di cuenta que quería aportar, no ya marcando la diferencia, sino, simplemente, buscando a quienes se identificaran con las temáticas que comencé a tocar. Llegaron testimonios de historias de vida tan fuertes, que entré en una especie de transición: Me desenfoqué de la literatura/mitología/filosofía que a mí me apasionaba y empecé a escuchar más las preferencias del resto, seguí la línea artística y poética para interactuar con los demás, intentando convertir este espacio en uno de liberación y sanación por medio de las letras. Pos supuesto que hubo cambios, procesos, avances, declives, temáticas variadas, y puntos tocados desde distintas aristas. Todo muy enriquecedor.

Tuve muchas decepciones, claro. Momentos de ausencia, de confusión en cuánto al enfoque y factores circunstanciales que no me permitieron dedicarme al 100% a este tan querido espacio.
Gané amigos, los perdí. Algunos compañeros dejaron de venir, con otros nos reencontramos, un sube y baja en relaciones blogueras, pero ya dejé ir el pasado, y sinceramente, a estas alturas ya no extraño a nadie, porque en mi corazón hice las pases con todos y los duelos respectivos también. Pero sin profundizar en ello, es hora de admitir que siempre me causa emoción encontrar un blog nuevo o a alguien que "nace en la blogósfera". Diría que soy fanática de, como les llamo; "las joyas perdidas de la red", esos blogs que nadie conoce, pero que poseen un milagro en sus letras, un mensaje potente que debería llegar a miles de personas. Siempre me causa curiosidad el por qué se quedan naufragando en la red...

Mantener un blog por años requiere compromiso, dedicación y por sobre todo respeto, ya para con los demás para no herir innecesariamente la susceptibilidad ajena, y respeto por uno mismo en cuando a seguir fiel en lo que se quiere transmitir.

Mi gran amiga Katerin acaba de abrir por primera vez un blog y diría que estoy más emocionada yo que ella, pues considero un privilegio ver el surgimiento de un nuevo mundo por esta red. Su blog Graphito 3.0 es de cine, pero desde una visión artístico-filosófica que encantará a más de alguno, pues se aleja de las clásicas sinopsis tan cliché. Me alegra mucho que seamos compañeras blogueras. ¡Bienvenida!

Blog de Katerin: Graphito 3.0


jueves, 10 de marzo de 2016

No soy un holograma


Se me hace sumamente interesante y curioso el que aún hoy en día, con todo el boom cybernético, con todas las plataformas virtuales de interacción e intercambio de información, y las facilidades y ayudas para estar en contacto con tus seres queridos, aún hayan retractores asérrimos a las relaciones por internet, aún y con la impresionante cantidad de usuarios registrados en todas las redes sociales habidas y por haber, demostrando la versatilidad de esto. Pensé que ya esos estigmas se estaban cayendo, pero es como creer que la igualdad de género existe o que los gays pueden vivir con la absoluta aceptación social, una utopía que espero pronto se haga realidad.

No se trata de ser estúpidos niños ingenuos, que caen rendidos ante falsas ideas de miles de amigos que nos aman y que les importa lo que sintamos, pensemos y queramos. Un “like”, un “Fav” o un “corazón” no es sinónimo de que se te esté escuchando o que hayan asimilado a conciencia el mensaje que deseas transmitir. No son necesariamente un “estoy de acuerdo” y “comparto porque me importa” sino que muchas veces es para que le regreses esas “atenciones”, para acumular número de seguidores, no así, amigos reales. En eso estamos de acuerdo. ¿Que cómo lo sé? no es por una impresionante astucia de mi parte, sino porque he sabido de muchos testimonios, tantos, que asombra su franqueza y desfachatez.
Entra en juego el saber discernir, el haber desarrollado, ¡quiera el cielo!, un buen juicio y un criterio bien formado que te permita ver más allá de “la etiqueta” tan habitual que se da por estos medios: “Te doy un like porque me diste like, visito tu blog porque visitaste el mío, te regalo un corazón para que luego me lo regreses”. Son esos “buenos días” que a veces das a la fuerza o por simple compromiso. El trabajo de tu intuición es la clave.

Aún así, hay personas que realmente se interesan por las otras personas, no necesariamente para formar lazos entrañables, sino por conocer visiones y nutrirse al compartir diversas opiniones. Hay algunos que llenan un vacío interior con relaciones banales, y hay otros que realmente se esfuerzan por tener relaciones naturales, dejando que pase lo que tenga que pasar, tanto por este medio como en la vida habitual.

Pero lo que más asombro me da, es que aún se crea que “en vivo y en directo” se te engañará menos que por internet. La gente miente y exagera la realidad de la forma que sea, con quien sea y por el medio que sea ¿saben? 
Una relación en la que puedas hablar mirándote a los ojos tomando un buen café es maravilloso, es uno de los mejores placeres de la vida, pero no la hace más intensa o real que una relación que has creado por esta red. Pudiste conocer al amor de tu vida o a tu mejor amigo por aquí, y en el mejor de los casos un día podrán abrazarse y salir a divertirse juntos, pero mientras tanto, lo que sientes es verdad para ti y para quien diriges esos sentimientos. Y no estoy hablando de esos desafortunados embustes que sufren, muchas veces, personas desesperadas por un poco de afecto o que simplemente viven enamorados del amor y la amistad, buscándoles en cualquier parte. Hablo de cuando ya “colaste” a la gente falsa de la gente honesta. Cuando encontraste a otro que piensa como tú, que es honesto, desinteresado y que no está ni ahí con aparentar algo que no es. Si tienes la suerte de conocer todas sus facetas, serás un privilegiado en verdad.


¿A alguno de ustedes le ha pasado o se han enterado de alguien que se siente más comprendido y aceptado por alguien que está a cientos de kilómetros en comparación a otro que vive a la vuelta de la esquina?, ¿Se han sentido más cerca del que está lejos, y más lejos del que está cerca? Y con esto no estoy haciendo un llamado a descuidar a los que tienes a tu alrededor, pues es frustrante estar tratando de conversar con alguien que está pendiente del celular o que no quita los ojos de su tablet, perdiéndose de la belleza del paisaje e irrespetando al que tiene al frente. Hay que poner en balance ambos mundos.
¿Y por qué juzgar a quienes se conocen y se reúnen para salir luego de hablar por línea, si tienen el mismo riesgo de ser traicionados o de ser bendecidos con una gran amistad, lo mismo que si se conocieron en un bar, en la disco o en el supermercado? Podría decir que no son ambientes muy convenientes.
Hay que tener suerte, sí, pero también “buen ojo” y practicar muchísimo el desapego. Partir siendo real uno mismo para atraer a las personas reales, aprender con quién abrir tu corazón y en qué medida, y con quién sólo intercambiarás un par de interacciones y ya.

Sé que ahora estás leyendo un montón de letras de alguien a quién no le estás viendo el rostro, pero soy de carne y hueso como tú. Detesto cuando tratan de irreal a alguien “tras el monitor”. Irreales son las máscaras ridículas que se crea la gente a diario, los escudos mentales del siglo pasado, las dobles personalidades llenas de falsa gloria por tener más seguidores o por creerse una estrella youtuber, creyendo que sus fans darían la vida por salvárselas a ellos. Ese tipo de falacias que se inventan a sí mismo para dañar y ofender a los demás -en vivo o no-, les otorga una engañosa y superficial sensación de victoria o supremacía contra alguien que parece más vulnerable. Esa es la gente de la que debes cuidarte ya sea en tu trabajo, en tu ambiente estudiantil, en tu vecindario o por internet. 
Hay quienes están dispuestos a compartir, conocer personas y entablar una amistad verdadera, sin importar los medios ni las circunstancias. Merecen respeto.  Una de mis mejores amigas a la distancia hasta hace poco comprendió la belleza y honestidad de "las caricias en el alma" que puede darte un ser querido por más lejos que esté físicamente de ti. Como este medio te obliga a conversar, dialogar y expresarte es una gran herramienta para conocer a fondo a alguien, siempre que lo permita. Realmente es algo de mucho valor, aunque requiere dedicación y tiempo, pero vale la pena.

Soy partidaria de romper límites y fronteras, de derribar muros separatistas, de empaparse de la cultura de otros sitios, conocer la historia de otra gente, muy distinta a mí, ya sea viajando, hablando con alguien en el metro o compartiendo por internet.



Dedico esta entrada a todos los queridos amigos que están lejos físicamente, pero con quienes comparto hilos místicos invisibles que nos unen con cariño.