martes, 27 de septiembre de 2011

Enamorarse y no (M. B.)



Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.

Autor: Mario Benedetti (1920-2009), escritor Uruguayo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Fiestas patrias sin crueldad; Los animales no son juguetes



Me da lo mismo cuanta cueca se escuche hasta aturdirnos la cabeza, me
da igual cuánto zapateen hasta gastarse las zuelas, me es indiferente si quieren vestirse como huasos o con trajes tradicionales de Chile una vez al año argumentando y vociferando lo patriota que se es, pero evitemos asistir a circos con animales, corridas de toros, peleas de gallos y perros, y a un sin fin de actividades dañinas y humillantes que conlleven un maltrato psicológico y físico de un animal. Lamentablemente no podemos frenar el gran consumo de carne que aumenta en estas fechas, pero por lo menos no le quitemos la poca dignidad que le dejamos a nuestros animales, no tienen por qué estar a la mercé de la entretención humana. No son juguetes.






Libertad Natural

domingo, 11 de septiembre de 2011

"No te aflijas, Hafiz"



Hay dos o tres reflexiones, dos o tres "rezos" secretos que poseo, atesorados entre mis papeles para momentos críticos, y hoy compartiré uno de ellos; Y aunque podemos encontrar más de una versión del siguiente poema de Hafiz, un gran poeta persa del siglo XIV, todas las traducciones que lean les harán llegar el mismo mensaje. Qué lo disfruten:

No te aflijas, Hafiz
No te aflijas: la belleza volverá a encantarte con su gracia;
tu celda de tristeza se trocará en un jardín de rosas.
No te aflijas: tu mal será trocado en bien;
no te detengas en lo que te inquieta,
pues tu espíritu conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida volverá a tu jardín
y pronto verás, ¡oh cantor de la noche!
una corona de rosas en tu frente.
No te aflijas si, algún día, las esferas del cosmos no giran según tus deseos,
pues la rueda del tiempo no gira siempre en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor,
penetras en el desierto y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía,
si el torrente del tiempo arrastra tu morada mortal,
pues tienes el amor para salvarte del naufragio.
No te aflijas si el viaje es amargo,
no te aflijas si la meta es invisible.
Todos los caminos conducen a una sola meta.
No te aflijas, Hafiz,en tu rincón humilde en que te crees pobre,
abandonado a la noche oscura,
y piensa que aún te queda tu canción y tu amor.

Que todo aquel que se sienta identificiado tome estas palabras, que las guarde como una dedicación de mi parte, y aunque va con mucho afecto para quienes me frecuentan y conocen, y con especial cariño para BlueSilence, es un regalo desinteresado para el que quiera recibirlo.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Algo de aliento


A veces todos necesitamos algunas palabras alentadoras, que nos re-animen y amplíen nuestra visión de las cosas. Por suerte -o porque estaba destinado- volví a leer algo de Rumi, poeta y filósofo Persa y gran representante del Sufismo (1207-1273). Espero que estas breves líneas sirvan un poco al que lo necesite hoy:



"Durante años, copiando a los demás, traté de conocerme.
Desde dentro no podía decidir qué hacer.
Incapaz de ver, escuché mi nombre.
Luego, salí afuera"

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"Hoy, como cualquier otro día, nos despertamos vacíos y asustados,
no abras la puerta del estudio y empieces a leer,
coge un instrumento musical.
Deja que la belleza de lo que amamos sea lo que hacemos.
Hay cientos de formas de arrodillarse y besar el suelo."

domingo, 4 de septiembre de 2011

La durmiente



"La sábana blanca" obra de Alberto Pancorbo

Quiero acompañar este maravilloso cuadro con un escrito de Edgan Allan Poe, titulado "La durmiente"


"Era la medianoche, en junio, tibia, bruna.
Yo estaba bajo un rayo de la mística luna,
Que de su blanco disco como un encantamiento
Vertía sobre el valle un vapor soñoliento.
Dormitaba en las tumbas el romero fragante,
Y al lago se inclinaba el lirio agonizante,
Y envueltas en la niebla en el ropaje acuoso,
Las ruinas descansaban en vetusto reposo.
¡Mirad! También el lago semejante al Leteo,
Dormita entre las sombras con lento cabeceo,
Y del sopor consciente despertarse no quiere
Para el mundo que en torno lánguidamente
muere
Duerme toda belleza y ved dónde reposa
Irene, dulcemente, en calma deleitosa.
Con la ventana abierta a los cielos serenos,
De claros luminares y de misterios llenos.
¡Oh, mi gentil señora, ¿no te asalta el espanto?
¿Por qué está tu ventana, así, en la noche abierta?
Los aires juguetones desde el bosque frondoso,
Risueños y lascivos en tropel rumoroso
Inundan tu aposento y agitan la cortina
Del lecho en que tu hermosa cabeza se reclina,
Sobre los bellos ojos de copiosas pestañas,
Tras los que el alma duerme en regiones extrañas,
Como fantasmas tétricos, por el sueño y los muros
Se deslizan las sombras de perfiles oscuros.
Oh, mi gentil señora, ¿no te asalta el espanto?
¿Cuál es, di, de tu ensueño el poderoso encanto?
Debes de haber venido de los lejanos mares
A este jardín hermoso de troncos seculares.
Extraños son, mujer, tu palidez, tu traje,
Y de tus largas trenzas el flotante homenaje;
Pero aún es más extraño el silencio solemne
En que envuelves tu sueño misterioso y perenne.
La dama gentil duerme. ¡Que duerman para el mundo!
Todo lo que es eterno tiene que ser profundo.
El cielo lo ha amparado bajo su dulce manto,
Trocando este aposento por otro que es más santo,
Y por otro más triste, el lecho en que reposa.
Yo le ruego al Señor, que con mano piadosa,
La deje descansar con sueño no turbado,
Mientras que los difuntos desfilan por su lado.
Ella duerme, amor mío. ¡Oh!, mi alma le desea
Que así como es eterno, profundo el sueño sea;
Que los viles gusanos se arrastren suavemente
En torno de sus manos y en torno de su frente;
Que en la lejana selva, sombría y centenaria,
Le alcen una alta tumba tranquila y solitaria
Donde flotan al viento, altivos y triunfales,
De su ilustre familia los paños funerales;
Una lejana tumba, a cuya puerta fuerte
Piedras tiró, de niña, sin temor a la muerte,
Y a cuyo duro bronce no arrancará más sones,
Ni los fúnebres ecos de tan tristes mansiones
¡Qué triste imaginarse pobre hija del pecado.
Que el sonido fatídico a la puerta arrancado,
Y que quizá con gozo resonara en tu oído,
de la muerte terrífica era el triste gemido!"