Comprensible es el intento de aprovechar la luz solar en época de verano cuando más fuerte “pega el Sol”, pero el desajuste que se produce en las personas por el cambio de hora -sobre todo cuando ésta se adelanta- perjudica a la mayoría en varios aspectos: Psicopedagogos y psicólogos señalan que los estudiantes como mínimo (y en el mejor de los casos) tardan tres días en adaptarse al nuevo horario, pero esto no excluye a los trabajadores e individuos en general. Y no olvidemos la dificultad que se genera sobre todo para quienes tenemos problemas con el hábito del sueño, que al menos en este país, es una cantidad considerable. Es cosa de hacer una encuesta breve y preguntar si comenzar la semana se vuelve más pesado o no. Para esta sociedad que vive controlada por el reloj el desorden mental que se genera se traduce en un déficit para el ámbito laboral, social y productivo en general, y me atrevería a decir, que incluso afecta la salud la primera semana o lo que tarde en acomodarse nuestro propio “reloj biológico”.
5 comentarios:
sin lugar a dudas, un post corto, concreto y punzante... me encantó... besos
A mi parecer, los cambios de horario son bastante inútiles... La luz que ahorras en la noche la usas en la mañana, así de simple (al menos para mí)... Pero bueno, a concenso general no hay mucho que hacer...
Saludos mi estimada!
No obstante sí se podría llevar a cabo una investigación, con datos estadísticos. Si se tienen pruebas contundentes quizás se pueda llegar a algo.
Yo te apoyo, ánimo!
El día después al cabio ando un poco descolocada, la luz que veo no se coresponde con la hora, ni con mi reloj interno, pasado ese día reconozco que el cambio ya no me afecta.
Bss
No me había pasado antes, al menos no me percaté tanto como este año en que me he pasado una semana y algo más, con un mal cuerpo que ni te cuento.
Aún así, prefiero este cambio de ahora al de verano, ese me mata.
Saludos
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