sábado, 12 de septiembre de 2020

Sincericida



Mi memoria tiene registro de haber escuchado por primera vez esta expresión hace varios años en una plática sobre relaciones interpersonales, pero el resto del expediente está perdido en el vacío caótico de mis recuerdos, así que no me pidan más precisión que ésta.

No sé quién, en realidad, acuñó este concepto, pero de a poco cobra fuerza aunque la R.A.E. no admita la palabra, pese a haberle dado lugar a una serie de barbaridades que me hacen cuestionarle y no tenerle como la fuente más coherente en lo que a lenguaje se refiere, pero eso es tema aparte.

Es seguro que más de una vez no sólo hayas oído, sino que hayas usado para resumir tu filosofía de vida, cual heroico himno, la siguiente frase: “Prefiero incomodar con mi sinceridad que agradar con mi hipocresía”. Bien, son estas ideas llevadas al extremo, las que dan origen a la necesidad de crear un término para referirse a aquellas personas que, detrás del escudo y la espada de la verdad, van imponiéndola como inconscientes tiranos.

Aunque el problema no siempre es el fondo sino la forma, hay factores a tener en cuenta, pues mucho depende del contexto. Espera. Ya sé, ya sé, tú eres el único capaz de “decir las cosas como son” y “no se puede tapar al Sol con un dedo”, y es más, “te enseñaron a ser honesto” y sobre todo “es tu más humilde opinión”. Conozco tu siguiente salvavidas: “Estos Millennials no aguantan nada” o “la generación Z es de cristal”. Te voy a detener ahí (en esta falsa discusión), porque no se trata de ser partidarios de las falacias, de adornar la verdad ni de omitir temas importantes. Si veo a la pareja de una amistad siéndole infiel, me pondré mi hermoso traje de sapo y se lo diré, si considero que estás metiéndote con las personas equivocadas te advertiré, si tenemos la suficiente confianza te evitaré humillaciones haciéndote saber si te apesta el aliento. Puedes suponer que estoy dispuesta a exponerme a situaciones incómodas porque valoro la sinceridad, pero sé reconocer que hay instancias en que mi opinión no es un aporte genuino y es mejor verterla sólo si me la solicitan de frente, sabiendo de antemano, que el hecho de pedir mi opinión no me otorga un pase libre para herir. Diríamos que la clave es el discernimiento y la sensibilidad, y es aquí donde el sincero se diferencia del sincericida.

¿Alguna vez presenciaste una conversación en la que alguien revela su pensamiento sin escrúpulos a otro, de modo que se ven las flechas atravesarle el corazón?. Obviamente no hay evidencias de armas intangibles, pero ni si quiera tuvo la deferencia de apuntar más abajo o ponerle menos tensión a la cuerda del arco. No, lanzó cada flecha sin miramientos, escudándose detrás de lo “buena persona” que es por aplicar la franqueza y decirle lo que nadie más se atrevió. Algunos masoquistas con el tiempo lo agradecerán, pero hay otras maneras de hacer las cosas. Si bien no puedo evitar que la verdad te haga sangrar, puedo escoger no usar la flecha ni la escopeta.

Entiendo que seas un paladín moderno que lleva como emblema la balanza de la justicia, que no admitas ni una mínima cuota de incongruencia, y que porque tu ética es la más pulcra deberíamos estar agradecidos por decirnos cómo vivir nuestras vidas, así sea que nos avergüences con tus observaciones. También entiendo si eres un punzante erudito que quiere desenmascararnos a diestra y siniestra para revelarnos aquello que no estamos listos para enfrentar, porque tú te paseas feliz exhibiendo a tus monstruos y sólo así se es verdaderamente libre. Hasta cierto punto cualquiera de tus personajes es útil, pero inflexible, dictatorial, estorboso y cruel si no logras tener en cuenta los matices de la vida, la susceptibilidad de cada ser, y en particular, si sobre-estimas la relevancia de la misión egocéntrica que tienes de influir en los demás. Aunque pienses lo contrario, el mundo no requiere tus servicios de opinólogo 24/7.

A veces nos podemos ver envueltos en un contexto de falsa y excesiva confianza, motivados por “el hablemos sin filtro”, pero no corrompas tu esencia para estar a la par de un sincericida. Sé honesto, pero sensato. A veces haces más daño sólo por tus “buenas intenciones”. ¿O quieres ser el rey o reina de lo obvio?. Hay cosas que las personas ya saben, pero ahí te apareces queriendo hacer “la buena acción del día” restregándole lo evidente por tu soberbia de idealista. Una cosa es la sinceridad pura y otra la brutal.

30 comentarios:

JLO dijo...

Es una delgada línea la que abordás. A veces uno por decir una supuesta verdad pega suro y la verdad que después viene el arrepentimiento por ofender. Soy incluso de decir algunas cosas así en los comentarios de blogger pero trato de contenerme todo lo posible ja. Tampoco es que ofendo pero me dan ganas de decir mi opinión.

Igual no es un problema milennial creo, se va aprendiendo con la edad (si sos inteligente con lo que te rodea) Saludos!

Jorge M dijo...

En eso estoy totalmente de acuerdo contigo, de echo me parece que la la sinceridad u honestidad es mas brutal que pura en estos tiempos, pero se maneja mas mentiras que sinceridades.
Es difícil abordar un tema como este, como lo es comentarlo, porque tiene varias variables, ser sincero aunque la verdad se brutal pero necesaria y lastime, o un sinceridad distorsionada donde no causas tanto daño pero esta la duda si fuiste honesto o no.
En fin como dije es complicado y seria entrar en otros temas.
Me gustan tus reflexiones Kadannek saludos

Jesus García L. dijo...

La sinceridad bien entendida empieza por uno mismo, o, te seré sincero aunque eso rompa nuestra amistad. A veces, como tú dices, hay que decir las cosas con cierta reservidad. La amistad, o la que se cree amistad, no es escudo para ser brutal, como muy bien has dicho, pero en el término medio está la virtud, o al menos eso es lo que dicen.
Entonces ¿Cómo de sinceros hay que ser para que no se nos tome como geocéntricos?
Un artículo muy bueno, y ojalá la RAE admita esa palabra.
Un saludo

lunaroja dijo...

Me encantó tu post!
Justamente utilicé esa palabra hoy mismo (la acuñó Mafalda,hace unos cuantos años ya), porque hablando con una amiga yo le dije eso exactamente "hay gente sincera y hay sincericidas" Tú puedes decir verdades enormes, críticas, opiniones etc, pero nunca debes hacerlo desde esa "sinceridad" que hiere, que destruye y rompe relaciones.
Porque esas sinceridades en general están cargadas de agresividad,y lo único que logran es que el interlocutor,se ponga a la defensiva,o directamente hieras a esa persona para siempre.
El poder de la palabra es enorme,y es muy destructivo.
Una vez mi hijo me dijo algo que nunca olvidé: "mamá, he aprendido algo, cuando tú digas o hagas alguna crítica, hazlo de la misma forma en que te gustaría que te hablaran a ti".
Y eso me quedó marcado.
Sobre todo con las personas a las cuales amamos,o tenemos un vínculo aunque sea lejano.
Un beso!

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Estoy de acuerdo.
Es importante la forma en que dice algo, con que intención.
Un abrazo.

**kadannek** dijo...

-JLO: Me considero una persona de opinión, como tú. Y sé que la brecha puede ser muy angosta, pero siempre depende del contexto; es decir, quién se lo dice a quién, en qué momento, con qué intención, y sobre todo las maneras que se usan.
A veces somos arrogantes y creemos que nuestra opinión hará una gran diferencia, pero eso es una ilusión. A veces vale más el silencio y ahorrarse malos momentos, sobre todo si sabemos que podemos herir innecesariamente. Y no, no se trata de callarnos todo, es cosa de discernimiento, como puse en el post.
Saludos, gracias por pasar.

-Jorge M: Concuerdo contigo, mucho nos vanagloriamos de ser sinceros, pero a la hora de la verdad, somos parte de una sociedad de doble moral, que critica a tus espaldas y no te dice las cosas mirándote a los ojos. Eso también es producto de que no se nos ha enseñado a recibir críticas y a tolerar opiniones distintas. Hace un par de años escribí una trilogia dedicada a este asunto; tipos de opinión, cómo darlas y cómo recibirlas.
No estoy de acuerdo con "distorsionar" la verdad, pero sí con elegir el momento y las palabras precisas para decirla, sobre todo si abarca un tema delicado. Y en relación con eso, no es necesario pasarnos de crueles. Al menos en lo que a mi experiencia respetcta, he podido decir verdades muy serias con amor, justamente porque la persona me importa y era necesario que supiera. Pero como dices, esto tiene muchas variantes y matices.
Saludos.

-Jesús García L: Hay que sopesar muchas cosas en el área de la amistad. Partiendo por qué valoras en una relación. La sinceridad y comunicación es clave, y por respeto, al menos en lo que a mí respecta, tenemos que ser francos entre nosotros, aunque pueda dolernos. Pero duele menos si lo hacemos para ayudarnos mutuamente, siempre y cuando no nos escudemos detrás de la franqueza tirana para herirnos porque "no actúas, piensas y sientes como yo quiero que lo hagas". Es decir, que eso no sea para manipularnos.
Sí, podemos ser tomados como egocéntricos, porque en esta cuestión entra el juego la suceptibilidad del otro. Pero se supone que en una relación nos vamos conociendo y sabiendo cómo decirnos las cosas y tratarnos.
Saludos.

-Lunaroja: Ahora me hiciste recordar, sí, Mafalda la dijo, pero ¿fue la primera?, porque se la he oído a muchos tipos de personas desde hace bastante.
El poder de la palabra es tan creativo como destructiva, nosotros tenemos la responsabilidad de usarla con sabiduría. Tu hijo ha dicho algo muy certero y aconsejable, que yo misma intento aplicar también. Gracias. Un abrazo de luz.

-El Demiurgo de Hurlingham: Las intenciones de fondo son a veces más esclarecedoras e importantes que el mensaje en sí. Saludos.

Nocturno dijo...

Ignoraba ese término, ahora lo aprendí. :)

Yo me considero bien diplomático, pero cuando me conviene jaja.

Como dice JLO, se aprende con los años y a medida que uno se hace más viejo tienes menos tiempo para perder con gente que no te interesa entonces ahí tiras opiniones sin filtro porque... si alguien se ofende porque le dijiste la verdad y decide alejarse de ti, pues que vuele alto.

También hay gente que me ha dicho verdades que termino agradeciéndole y no por masoquismo, sino porque me hicieron ver que tenían razón. No somos infalibles tampoco.

Igual depende de quien venga esa "sinceridad" obvio, si es alguien anónimo (trols) en redes sociales, bueno no deberíamos darle mucha importancia, pero si es tu mamá quien te lo dice ahí, ella digamos te conoce algo no?

Es fácil ofenderse y alejarse cuando esa gente sin filtro te larga sus "sinceridades" con flechas y todo lo que tú dices... lo difícil es tomar nota o a veces simplemente relajarse y recordar que la gente siempre le critica al otro lo que en el fondo le molesta de sí mism@
Creo mucho en eso de la ley del espejo y las proyecciones.

La gente sin filtro en general me agrada, los encuentro auténticos, porque si te rodeas de gente que sólo te hablará lindo te relajas y olvidas que también la gente manipuladora evita hacerte sentir mal con palabras... hay que tener ojo.
Saludos!

lunaroja dijo...

Seguro que fue Mafalda, piensa además que tiene más de 50 años...
LO tengo en alguna antología, y si lo encuentro te paso la viñeta.

Un beso!

Milena dijo...

Pues no conocía el término, pero desde luego coincido contigo en lo que dices.
Lo importante es el respeto que debemos a los demás, para ello hemos de ser cautos -que no se trata de ir con mentiras- con lo que expresamos y sobre todo en la manera en que lo hacemos.
Me gusta tu estilo claro y directo, Kadannek, es un tema de interés y además aprendí una nueva palabra, mil gracias!

Beauséant dijo...

Es un tema interesante el que sacas aquí, por lo general cuando alguien te suelta eso de, perdona es que yo soy una persona muy sincera, lo que te sueles encontrar detrás es una persona con muy poca educación..

Yo tengo suerte, mi cara debe ser muy expresiva y cuando me preguntan algo no hacen falta palabras para entenderme :)

Meulen dijo...

Dentro de esto hay que tener en cuenta algo bien importante a mi ver, de tener cuidado de como tratas a otro , porque de la misma manera te tratarán a ti ...algo por ahí
A veces creemos que tendremos razón en muchas cosas , pero bien nos podremos equivocar y a veces bien feo y como el orgullo impera aunque se reconozca el error no somos capaces del todo disculparse con el otro y el creyente sabe que por igual debe hacerlo frente a Dios.

En este tiempo la palabra es la filosa arma con que puedes matar a otro de tantas maneras , basta un decir sin sentido o a la ligera para condenar ...
Hay mucho por donde ahondar en esto.
Estés bien.

Paloma dijo...

Como no me gusta hacer daño ni ofender a nadie soy más bien partidaria de reservarme mis opiniones si pueden herir.
No es hipocresía es amabilidad.
Otra cosa es si alguien te pide por favor que le cuentes algo o le des tu opinión. En ese caso sería sincera pero sin arrollar.

Saludos!!

**kadannek** dijo...

-Lunaroja: Recuerdo haber visto la viñeta. Gracias. Un besito también.

-Milena: Me alegra que te haya gustado el tema y la forma de plantearlo.
Concuerdo con lo que dices. No se trata de mentir, sino de aprender a expresarnos con respeto.
Un abrazo.

-Beauséant: ¡Uf! concuerdo particularmente con tu comentario. Se escudan en "soy muy sincero", pero ¿de dónde sacaste que ser sincero era ser ofensivo y vomitar tu pensamiento sobre el otro como si fuese un tacho de basura?. Como dices, en el fondo son personas maleducadas.
Son interesantes los rostros expresivos, hay personas que también se pueden ofender con un gesto, pero se entiende que éstos pueden ser involuntarios o inconscientes. Como sea, el paralenguaje es importante a la hora de manifestar una opinión también. Como mencionas, a veces sobran las palabras gracias a esto. Un abrazo.

-Meulen: La palabra es tan creadora como destructora, le comentaba a alguien más arriba. Debería ser una herramienta para construir y mejorar las cosas, antes de cortar filósamente de forma innecesaria. Como mencionas, hay que ser equilibrados en estos, tratar de la forma en que quieres que te traten. Es una buena regla para practicar la empatia.
Saludos.

-Paloma: Sí, a veces creemos que nuestra opinión es imperativa, sumamente relevante cuando en el fondo, nos la podemos guardar en más de una ocasión. Sé que hay instancias en que es necesario hacer el papel del villano amable (sí, así de paradójico) y cantar un par de verdades cuando el momento lo amerita también.

Pienso que mucho depende siempre del contexto, hay espacios que se dan especialmente para opinar, como en los blogs o en una charla con amigos. Y aún así, debemos ser criteriosos, respetuosos. Esperar, si se puede, a que pidan de frente nuestra opinión. Ahí la persona está más preparada, psicológica o emocionalmente hablando. Y Aún así, debemos ser amables si se puede. Saludos, me da gusto verte por aquí.

Mª Jesús Muñoz dijo...

Kadannek, siempre recuerdo a mi amiga argentina. Ella decía: "Todo lo que damos vuelve..." Hay que tener cuidado con nuestros actos y palabras,no hacer daño, ni maltratar a los demás. Ser sincero pero con respeto, prudencia y con afán de construir, no de destruir al otro. No conocía la palabra "sincericida" es muy interesante y debería ser reconocida.
A veces nos escudamos en la valentía para decir las "verdades"pero pecamos de soberbia, imprudencia e insensibilidad. Por tanto es necesario tener en cuenta la "humildad".Todos somos humanos y cometemos errores. A partir de ahí,somos conscientes de que no debemos "lanzar la piedra",porque mañana me la pueden lanzar a mi por lo mismo.
Me encanta el tema que has tratado, amiga.Es cierto que tiene muchos matices,porque a veces debemos contestar"sin filtro"para defender nuestra dignidad o de alguien querido. Todo depende de la situación y de la persona que tengamos enfrente. No obstante, no debemos olvidar la buena educación y la prudencia.

Mi felicitación por tu profundidad y mi abrazo de petunias encendidas, amigas.

Myriam dijo...

Imprescindible texto para la reflexión.

¡Cuánto ego suelto en el opinólogo! Y soberbia.

Me gustó especialmente este párrafo que deseo recalcar:

"el hecho de pedir mi opinión no me otorga un pase libre para herir. Diríamos que la clave es el discernimiento y la sensibilidad, y es aquí donde el sincero se diferencia del sincericida."

Besos, Kadannek

Tiffany dijo...

La verdad que amo tu sinceridad jajaja pero enserio decís lo que mucho no lo dicen, y a veces es cierto que usan esa "sinceridad" para hacer daño a los demás. Es un tema que deja mucho en la que hablar.

Un besote linda desde Plegarias en la Noche.

Ana dijo...

Hola, estoy muy feliz de visitar tu espacio. Coincido contigo en que si no te solicitan sinceridad soltarla a bocajarro puede ser muy hiriente, la palabra como dices es un arma poderosa que tiene muchos usos.
Alguien me dijo una vez que antes de hablar convenía preguntarse primero ¿lo que vas a decir es cierto? y ¿lo que vas a decir es útil? y le voy a añadir a este buen consejo ¿desea la persona escuchar eso que le vas a decir?. Es muy interesante este tema que sacas.
Un abrazo.

Lady Blue dijo...

Muy buena tu reflexión. Pienso que efectivamente el lenguaje es un arma muy potente que debemos saber manejar. Que tengas una bonita semana, un abrazo.

**kadannek** dijo...

-M. Jesús Muñoz: Ciertamente podemos comprobar con nuestras experiencias que somos los co-creadores de nuestra realidad, y todo cuanto sembramos hemos de cosechar después. Pero aún más allá de actuar a sabiendas que el universo nos regresará nuestras acciones, lo más sencillo es actuar -diría yo- con la mayor coherencia posible. Por ello, si predico respecto para mí he de darlo a los demás, de lo contrario viviré una vida llena de inconsistencias. Gracias por hacerme reflexionar en esto.

Creo que diste con una palabra clave; "soberbia", sí, concuerdo en ello. Nos creemos con el derecho de vomitar nuestras opiniones en aras de la verdad, pecando de imprudentes, insensibles y soberbios. Pero como ya señalamos, habrán instancias en que debamos dar a conocer nuestro punto de vista aunque sepamos que eso pueda causar discordia, o justamente, para evitarla. El contexto es crucial.

Te envío un abrazo de luz.

-Myriam: Como decíamos con María Jesús, la soberbia en esta cuestión está muy presente, hay que saber manejarla.
Un abrazo.

-Tiffany: Gracias por tu apreciación. La idea es ser sinceros no sincericidas. Hay que hablar sobre aquellas cosas que los demás se niegan a poner sobre el tapete, pero dentro del margen correcto. Espero haberlo logrado, porque justamente la cuestión está ahí, en no pasarnos de maleducados y en herir porque nos creemos dueños de la verdad.
Un abrazo.

-Ana: La persona que formuló aquellas preguntas para antes de hablar (¿Es cierto, es bueno, es útil?) fue Sócrates, por si deseas saber más al respecto. Te enlazo una entrada de hace muchos años atrás donde se cuenta al respecto: https://angusnous.blogspot.com/2006/03/ancdota-de-scrates.html

Concuerdo en que a veces es mejor esperar a que nos pregunten nuestra opinión, teniendo en cuenta que eso no nos da un permiso para escupirla sin tacto.
Gracias por pasarte por aquí. Un abrazo.

-Lady Blue: La palabra crea y destruye, como toda arma (o herramienta) hay que aprender a usarla con criterio y respeto. Un abrazo.

Lady Blue dijo...

Vuelvo para dejarte mis buenos deseos para este mes que comienza. Espero estés muy bien. Un abrazo grande!

CRISTINA dijo...

Interesante entrada, tenemos que partir de la base que cada uno tiene su verdad, y a veces por muy sincera que seas si el otro no esta dispuesto nunca lo entenderá. Cuando uno es sincero con los otros, está aprendiendo de los otros, pero ello no significa que tenga la verdad. Desde mi humilde opinión, la sinceridad más grande es aquella que te permite ver en tu corazón y ser sincero contigo mismo, para poder ser sincero con los demás.
Un abrazo.

18 susurros del viento dijo...

Wow, qué buena entrada!!! Me quito el sombrero.

Creo que la diferencia entre esas dos palabras la dejas más que clara.. sobre todo la verdadera intencionalidad que hay detrás.

Desde que aprendí esa palabreja trato de tener más cuidado conmigo misma a la hora de expresarme, sobre todo cuando me piden opinión y que sea franca.. Como bien dices no hay que olvidarnos que por mucha confianza que exista SIEMPRE debemos expresarnos con esa sensibilidad de querer al otro o al menos no querer herirlo de gratis.

Estoy super de acuerdo con todo lo que dijiste! Un abrazo enorme y feliz semana!! :)

Laura dijo...

Es que no hace falta hacer daño (ni ser un cretino/a) para decir las cosas. Como bien dices, que te pidan opinión no da vía libre para usar el dolor.
Prefiero la crítica a la mentira, pero con respeto. Eso siempre.
Solo es en ese momento, cuando podemos aprender.
Un placer leerte.
Saludos.

**kadannek** dijo...

-Lady Blue: Muchas gracias, estimada. Espero pronto estar de vuelta para leerte. Un abrazo.

-Cristina: Concuerdo en que lo primordial es ser honesto con uno mismo y desde ese lugar serlo con los demás, no ya para andarles restregando sus verdades, sino para compartir la tuya, porque como bien señalas, esto no se trata de obligar a los otros a escucharnos, sobre todo si no están listos para ello. Cada quien tiene su propio tiempo y proceso. Un abrazo.

-18 susurros del viento: Qué bello e interesante nickname tienes. Te doy la bienvenida y las gracias por leer.
Es genial cuando directamente nos piden nuestra opinión, pero como ya señalamos, no es un permiso para herir. Obviamente habrán cosas que duelan sí o sí, pero si lo hacemos con tacto eso ayuda mucho a sobrellevarlo.

-Laura: Concuerdo. Una crítica bien fundamentada y respetuosa es valiosa y siempre -o la mayoría de las veces- se prefiere antes que una mentira.
Saludos.

Carmen Troncoso Baeza dijo...

El tono en que se dicen las cosas es muy importante. No es necesario cortar en dos a alguien x decir la verdad. Laa dosis sirven para tantear el terreno querida Kadanneck

Olga dijo...

Me gusta mucho tu escrito. Me alegro de haber dado con él. Saludos :)

Myriam dijo...

Espero que te enuentres bien. Se te extraña. Besos

Katrina.Snz dijo...

Hola!
me quedó dando vueltas ese término "soberbia idealista"
Wow
Creo que cuando tengo cierta cuota de confianza con las personas puedo pecar de eso; si bien no voy diciendo las cosas como verdades absolutas, intento reflejar a otros lo que veo y no tiendo a fallar. Pero luego veo que no por ser cierto la persona estaba lista para enfrentar un miedo o rabia guardados en ese momento... aunque más temprano que tarde me agradezcan y vuelvan a pedir consejos... siempre en el momento queda una parte de mi sintiendo que antes he debido asegurarme de que el otro estuviera preparado para hablar de ciertas cuestiones...
Me quedo con la tranquilidad de ser suave en mis formas y cuidadosa con los sentimientos de los demás... pero me has dado un temazo para analizarme cuando me relaciono con los demás... gracias.
Espero que estés bien!

Beatriz dijo...

Hola chica,
La verdad ¿qué cosa es eso? me lo vengo preguntando recientemente, pues creo que desde un punto sociológico la verdad sería el sentido común, si a caso, y ¿entraría dentro del sentido común hacer sentir mal a alguien por puras ganas de auto proyectar nuestra verdad? al contrario. La verdad es tan variada como las personas, pero ni de eso se puede estar segura aquí. Ando en introspectiva los últimos meses.

Un placer saludarte,

B

**kadannek** dijo...

-Carmen Troncoso Baeza: Me encanta la forma en que lo resumiste. Me adhiero totalmente a tus palabras. Un abrazo.

-Olga: Me da gusto que lo aprecies. Saludos.

-Myriam: Lamento haberte preocupado por mi larga ausencia. Estoy bien gracias al cielo, ojalá que tú y los tuyos también.

-Cristina.Snz: Comentarios como los tuyos valen más que el oro. Me encanta cuando las personas son lo suficientemente valientes y autocríticas como para mirarse sin "peros", así que gracias por tu honestidad y transparencia. Creo que la mayoría hemos hecho lo que tú señalas, se aprende sobre la marcha. No dudo que tus intenciones son siempre buenas, pero como dices hay que cuidar las formas y asegurarnos de que la persona esté lista. Confío en que tu intuición es muy sabia y que tus consejos, por ende, son acertados. De todas maneras tampoco es la idea tratar a todo el mundo con pinzas, a veces es necesario remecerlas un poco. Diría que vas bien en eso, de lo contrario no acudirían otra vez a ti por más consejos. Un abrazo.

-Beatriz: La introspección es necesaria así que bien por ti. Para mí la cosa se trata de percepciones, de compartir nuestro parecer con respeto con la idea principal de aportar en vez de destruir o demostrar superioridad.

Un saludo cariñoso.